La Iglesia Católica condenó el atentado contra Miguel Uribe Turbay y llamó a defender la vida y la democracia

En un comunicado emitido este domingo, los obispos del país expresaron su consternación e indignación, y rechazaron “con vehemencia toda práctica violenta y asesina que pretenda usurpar el don precioso y fundamental de la vida de los colombianos”.
En el mensaje, los prelados pidieron que sobre los autores materiales e intelectuales del hecho recaiga “la condena social y el peso contundente de la ley”, y recordaron que toda forma de violencia es condenable, en especial aquella que busca sembrar el caos, desacreditar o eliminar al contradictor político, a la que calificaron como “malévola y perversa”.
Los obispos hicieron un llamado urgente a la unidad del pueblo colombiano, invitando a sanar las heridas sociales y a cuidar la vida y la institucionalidad: “Respetar, cuidar y perfeccionar la democracia es un compromiso de todos”.
Además, expresaron su solidaridad con la familia de Miguel Uribe Turbay, pidiendo oraciones por su salud y pronta recuperación. De manera especial, en la solemnidad de Pentecostés, elevaron una súplica al Espíritu Santo por él y por todo el pueblo colombiano que sufre a causa de la violencia.
El comunicado fue firmado por monseñor Francisco Javier Múnera Correa, arzobispo de Cartagena y presidente de la Conferencia Episcopal; monseñor Gabriel Ángel Villa Vahos, arzobispo de Tunja y vicepresidente de la CEC; y monseñor Germán Medina Acosta, obispo de Engativá y secretario general del organismo eclesial.
“El don de la vida es sagrado. Nos aferramos a Cristo Vivo, ancla de la esperanza para la entera familia humana”, concluyeron los obispos en su mensaje.