Lan Wathey y Craig Faunch, una pareja gay, de las primeras en convertirse en “padres” adoptivos en Inglaterra, había logrado obtener en custodia 18 niños en sólo 15 meses, entre 2006 y 2007. La orientación sexual de los “educadores” jamás fue cuestionada como motivo significativo para pensar lo impensable. Pero sucedió algo, una vecina se dio cuenta que las cosas no marchaban bien en la casa de Wathey y Faunch. Lo equivalente al Instituto de Binestar Familiar visitó esta pareja, y no se mostraron contentos con las explicaciones de la pareja, incluso con el modo como trataron el síndrome de Asperger de uno de los “hijos” de catorce años, con dosis de pornografía gay. Pero no era lo único. Había abusos sexuales. En noviembre de 2007, ya en el proceso jurídico, salió a la luz que los asistentes sociales de la ciudad de Wakefield no movieron un dedo por miedo a ser tachados de homófobos. De hecho, los diarios británicos como Times, Telegraph, Daily Mail o la BBC, prefirieron ignorar el suceso y dejar pasar cualquier reporte sobre la nota.
Desde los años sesenta la reivindicación homosexual se ha ido afianzado mediante movimientos y organizaciones que han tratado de hacer pasar como normal esta orientación y de darle un estatuto social. Hoy, con el pretexto del “derecho a la diferencia”, o la “igualdad de derechos” grupos de presión con frecuencia muy poderosos, reivindican la homosexualidad. ¿Cuál es su argumento? El de la homofobia, un término aparecido por vez primera en 1985 para estigmatizar a los que cuestionan o no están de acuerdo con la “normalización” de la homosexualidad, o los que no son simpatizantes de la Ideología de Género. De esta manera toda crítica o reflexión se convierte en blasfemia contra lo políticamente correcto sobre este tema.
Buena parte de la comunidad gay pide respeto, pero ¿ellos lo dan? Se habla de homofobia pero tal parece que el término se ha convertido en escudo que justifica cualquier acción por parte de estas personas. En días pasados, tras conocer las declaraciones de la diputada por Santander, Ángela Hernández Álvarez, el senador Armando Benedetti, copresidente del Partido de la U al que pertenece Hernández, solicitó al Comité de Ética de su colectivo “abrir una investigación disciplinaria pues sus declaraciones reflejan una conducta contraria a los principios”. Estas declaraciones han desatado un fuerte debate en Colombia tras denunciar que la ministra de Educación, Gina Parody, que es lesbiana, propone una “colonización homosexual” en los colegios del país imponiendo la ideología LGTBI.
Las marchas gais que se realizan alrededor del mundo se definen ya no sólo por su cariz vulgar sino por la agresión anti-católica. Numerosos participantes van vestidos de sacerdotes, obispos o monjas y portan anuncios que incitan al odio y agreden con ofensas. Es posible que un ciudadano levante la voz ante semejante atropello? La respuesta es no, porque inmediatamente es tachado de homofóbico.
Los lobbys gay están presentes en las políticas internas de varios países y organizaciones, incluso el nuestro, y promueve la caza de brujas. Ejemplo de ello la agenda homosexual en las prioridades de Amnistía Internacional (AI). Después de anunciar que AI defendería el “derecho” al aborto, la organización se ha volcado en presiones hacia gobiernos que no “amparan” los “derechos” de los homosexuales. En septiembre de 2007 AI organizó manifestaciones fuera de las embajadas de Nicaragua en países como Canadá, Islandia, Chile, México, Suecia, Paraguay y Taiwán. Nicaragua mantiene penada la sodomía desde 1992 en el artículo 204 del Código Penal.
En abril de este año, el Ministerio de Educación Nacional (“MEN”) junto con el Fondo de Población de Naciones Unidas y Colombia Diversa, solicitó a los colegios realizar un “Taller” de revisión de los manuales de convivencia respecto de la “Formación para el ejercicio de derechos humanos, sexuales y reproductivos”, con preguntas como: “¿Su manual de convivencia establece tratos diferenciales o roles distintos entre niños y niñas? (roles y estereotipos de género), ¿En el manual de convivencia considera como falta disciplinaria las identidades de género y orientaciones sexuales no hegemónicas (LGBTI)?, ¿Restringe las demostraciones de afecto entre parejas heterosexuales o entre parejas del mismo sexo?, ¿Permite que estudiantes usen el uniforme que les hace sentirse a gusto con su identidad de género?, ¿Establece restricciones para que estudiantes o docentes luzcan como deseen?”, Todo esto para que por medio de la educación en Colombia sea gay, y el adoctrinamiento en Ideología de Género se cumpla.
Tal vez uno de los mayores daños y perjuicios para la sociedad, y especialmente para los niños y jóvenes de nuestra nación que sufren el influjo de esta nueva ideología sea el silencio. Pero posiblemente uno de los perjuicios que más se silencian sea el de los daños y riesgos en la salud. Según datos del The Journal of the American Medical Association (JAMA), los casos de contagio por VIH en los últimos 5 años, en varones homosexuales de menos de 30 años, se incrementaron un 32%, mientras que jóvenes de entre 13 y 19 años doblaron el porcentaje. El aumento del VIH en hombres jóvenes, especialmente negros e hispanos, es preocupante. Fue la promiscuidad entre gays jóvenes la que hizo saltar la alarma en enero de 2008 cuando investigadores de la Universidad de California advirtieron que una super-bacteria se estaba extendiendo en la comunidad gay estadounidense.
Los medios de comunicación son un espacio que los gays han sabido tomar para proseguir en su proyecto de implementación del homosexualismo político. Pero obviamente todo viene orquestado con dinero del exterior ya que sin una fuente de recursos no hay posibilidad de llevar adelante el proyecto de reingeniería social.
La American Family Association dio a conocer los resultados de una investigación sobre las empresas que brindan su apoyo al activismo homosexual. ¿Cuáles son? McDonalds, IBM, Procter&Gamble, Motorola, Intel, American Airlines, American Express, Microsft, L´Oreal, Xerox, Kodak, Toyota, etc. (datos obtenidos del estudio de AFA y la revista Fortune 30-11-06).
Buena parte de ellas son incluso miembros de la Cámara de Comercio de Gays y Lesbianas de los Estados Unidos en calidad de fundadoras, socios corporativos o aliados y empresas “gay friendly”. Como reportó NoticiasGlobales.com, “no se trata de empresas que evitan cualquier discriminación injusta de los homosexuales, sino que activamente se dedican a impulsar un modo de vida contrario a la naturaleza”.
Sin embargo, la homosexualidad se ha convertido en un envite político y sus designios una prioridad. Cuando asociaciones homosexuales se topan con argumentaciones que no pueden discutir, el argumento de propaganda más utilizado es el de la homofobia, una palabra fetiches que impide cualquier reflexión y estigmatiza a quien piensa distinto sobre la homosexualidad. No está de sobra reflexionar en cuántas injusticias se han cometido desde hace tantos años en nombre de la homofobia.
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