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6-dic.-2025, sábado de la 1.ª semana de Adviento

la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito: encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir que somos amados y salvados

Al despertar a un nuevo día bendecimos y proclamamos la grandeza de tu amor. Te damos gracias por esta semana que estamos terminando por todo lo que hemos podido realizar; nuestros momentos de felicidad, de alegría, pero también nuestros momentos de incertidumbre que los hemos podido superar gracias a tu presencia.

Gracias por tu palabra que nos hace comprender lo que esperas de nosotros: que seamos discípulos anunciadores de amor y de paz. 

Han pasado 20 siglos y, si miramos a nuestro alrededor, comprobamos que siguen haciendo falta obreros, manos y brazos para trabajar en el Reino de Dios. ¿Nos hemos detenido a pensar que todos estamos llamados a cooperar en esa labor? Vivimos en un mundo cambiante en el que muchas cosas ya no son como antes. La tecnología, la sociedad, el modernismo nos han llevado a olvidarnos de ser verdaderamente discípulos de esperanza, comprometidos con tu amor, tu entrega y disponibilidad. Ayúdanos a comprender que hay que Volver al amor primero y pensar que los “obreros de la mies” seamos nosotros. Que dejemos nuestro individualismo y nuestro ego, que nos impiden pensar en nuestros hermanos y tener la misma compasión que tuviste en aquella ocasión en que sentiste que «andaban como ovejas sin pastor». Envíanos a tu mies para trabajar en ella y buscar nuevos discípulos que también escuchen tu llamado y te sigan. Amén. 

Un muy bendecido fin de semana. Abrazos y bendiciones abundantes. Rosario de aurora y eucaristía ofrecido por cada uno de ustedes, por nuestras familias, nuestros enfermos y necesitados y sobre todo para darle gracias a María santísima y a Nuestro Señor por todo lo que hemos recibido. Feliz fin de semana y descanso prolongado. 

PALABRA DEL PAPA

Por qué anunciar. La motivación está en cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar: «Gratis lo recibisteis; dadlo gratis» (v. 8). Son cinco palabras. ¿Pero por qué anunciar? Porque gratuitamente yo he recibido y debo dar gratuitamente. El anuncio no parte de nosotros, sino de la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito: encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir que somos amados y salvados. Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo; pero con el mismo estilo, es decir con gratuidad. En otras palabras: tenemos un don, por eso estamos llamados a hacernos don; hemos recibido un don y nuestra vocación es hacernos nosotros don para los otros; está en nosotros la alegría de ser hijos de Dios, ¡debe ser compartida con los hermanos y las hermanas que todavía no lo saben! Este es el porqué del anuncio. Ir y llevar la alegría de lo que nosotros hemos recibido.  (Papa Francisco - Audiencia general, 15 de febrero de 2023)

ORACIÓN 

Señor de la mies, al contemplar el mundo y ver tantas almas necesitadas de Tu verdad, reconocemos la gran *cosecha* que está lista para ser recogida. Pero también vemos la escasez de *obreros* dispuestos y preparados para la labor.

Te rogamos, Señor, que muevas nuestros corazones a la oración constante por esta necesidad. Concédenos la gracia de ser nosotros mismos obreros fieles en nuestro entorno diario. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por P. Luis Alberto Tirado Becerril, misionero del Espíritu Santo

Al ver a las multitudes, se compadecía de ellas, porque estaban extenuadas y desamparadas, como ovejas sin pastor. Sin Cristo, todo ser humano es como una oveja sin pastor, como una lámpara sin luz; pues somos el gran cultivo de Dios, cada uno puesto con amor en el mundo, como la semilla es puesta por el sembrador en la tierra, para dar fruto, conocer al Creador y establecer una relación personal con Él.

Cristo funda a su Iglesia para que cada ser humano pudiese ser injertado en Cristo y fuese transformado plena y verdaderamente en hijo de Dios. Para eso, el Señor ha llamado y enviado a sus apóstoles y a muchos de sus sucesores y colaboradores dándoles poder y autoridad. Por eso instituyó los Sacramentos que actualizan la irrupción divina en el hoy de la historia y el rescate de la muerte en vida y de la muerte eterna. 

Pero la mayoría de los Sacramentos no podrían existir si no fuera por los sacerdotes, por lo que ¿Quién perdonaría con absoluta certeza los pecados? ¿Quién transformaría el pan en la carne del Hijo del Hombre y el vino en la Sangre del Señor? Siendo que quien no come su carne y bebe su sangre no tendrá vida eterna. ¿Quién dispondría el alma con la unción del Espíritu Santo para el encuentro con el Padre de los Cielos? 

Sí, es Cristo quien lo hace, pero solo a través de los sacerdotes, porque a través de ellos continúa ejerciendo en plenitud su ministerio salvador. Ellos son indispensables para la salvación porque, a través de su frágil y defectuoso medio, el Salvador del universo perpetúa en el mundo su sacrificio redentor y su perenne entrega y glorificación al Padre. Sin Cristo todo ser humano es como una oveja si pastor: Por eso el Señor hoy te repite: ‘La cosecha es mucha y los trabajadores, pocos’.

Ora pues, continuamente para que sigan surgiendo sacerdotes y que sean santos, para que por su medio, Cristo continúe su obra salvadora; y, si eres varón joven y buscas vivir según el Evangelio y deseas ardientemente la salvación de los hombres, pregúntate seriamente y escuchando en el silencio del alma, si no será que también a ti el Señor te dice: ‘Ve en busca de las ovejas perdidas de la casa de Israel; ve y proclama por el camino que ya se acerca el Reino de los Cielos; ve y cura gratuitamente a los enfermos de hoy; ve y resucita a los muertos vivientes de tu entorno; ve y echa fuera a los demonios; ve y anuncia el Evangelio’. 

No tengas miedo, el que llama te dará la plenitud que tu corazón anhela, y si no eres llamado a este ministerio, no dejes de colaborar con los sacerdotes para seguir extendiendo el Reino de Dios. ¡No tengas miedo!

Pregunta:

¿Estoy dispuesto a orar sinceramente para que Dios envíe obreros a su mies, sabiendo que yo mismo puedo ser enviado?

Cita bíblica del día.

"La mies es mucha, pero los obreros son pocos. Rueguen al dueño de la mies que envíe obreros a su mies. (Lucas 10,2).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.