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30-sep.-2023, sábado de la 25.ª semana del Tiempo Ordinario

«... el que no conoce las escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría y ahí que ignorar las escrituras es ignorar a Cristo»

Hoy, Señor, te damos gracias por este descanso que nos regalas de fin de semana, por la vida con la que hemos vivido estos días. Hemos sembrado en medio de sudores y hemos cosechado en medio de alegrías. Termina nuestro mes del amor y la amistad, y podemos comprender que son más bendiciones y satisfacciones compartidos y vividos con nuestra familia y nuestros amigos. Gracias, Señor, por todo lo que nos has regalado.

Ahora, Señor, nos ponemos en tus manos para pedirte que repares nuestras fuerzas y miremos con optimismo y esperanza nuestras vidas. Aleja nuestros pensamientos de toda dificultad y si las tenemos, confiamos en que tú nos ayudarás a superarlas. Confiamos en tus palabras: «vengan a mí los cansados y agobiados y yo los aliviaré». Que nuestros corazones y sentimientos sean de armonía y unidad, para poder verdaderamente descansar en ti. Que descanse nuestro cuerpo pero no nuestro espíritu para tomar el pensamiento de san Jerónimo: «si, como dice el apóstol Pablo, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios; el que no conoce las escrituras no conoce el poder de Dios ni su sabiduría y ahí que ignorar las escrituras es ignorar a Cristo».

San Jerónimo, traductor de la Biblia del griego al latín, nos ayude a comprender y amar tu palabra cada día. Recordemos siempre que Tu palabra es vida; confiamos en ti Señor, porque tu palabra es eterna y en ella esperaremos. Un muy feliz y merecido descanso de fin de semana. Y sonriamos, no cuesta nada y nos dará alegrías. Abrazos y bendiciones.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

Para los discípulos —¡pero también para nosotros! — la cruz es algo incómodo, la cruz es un “escándalo”, mientras que Jesús considera “escándalo” el huir de la cruz, que sería como eludir la voluntad del Padre, a la misión que Él le ha encomendado para nuestra salvación. ¡Nos sucede a todos! En los momentos de devoción, de fervor, de buena voluntad, de cercanía al prójimo, miramos a Jesús y vamos adelante; pero en los momentos en los que viene la cruz, huimos. El diablo, Satanás —como dice Jesús a Pedro— nos tienta. Es propio del espíritu malo, es propio del diablo alejarnos de la cruz, de la cruz de Jesús. La cruz es signo santo del Amor de Dios, es signo del Sacrificio de Jesús, y no debe ser reducida a objeto supersticioso o joya ornamental. Cada vez que fijemos la mirada en la imagen de Cristo crucificado, pensemos que Él, como verdadero Siervo del Señor, ha cumplido su misión dando la vida, derramando su sangre para la remisión de los pecados. Y no nos dejemos llevar a la otra parte, en la tentación del Maligno. Por consiguiente, si queremos ser sus discípulos, estamos llamados a imitarlo, gastando sin reservas nuestra vida por amor de Dios y del prójimo. (Ángelus, 30 de agosto de 2020)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.