Bendito seas, Señor, que nos das la gracia en este día de toda clase de bienes espirituales y materiales. Bendito seas, Señor, por el don de la vida que nos regalas en este día. Bendito seas, Señor, porque estás a nuestro lado.
Te damos gracias por recordarnos en este día que tú eres lo primero para nosotros, cuando nos dices por medio del profeta Ageo: “primero construid templo después construís vuestras casas”. Sabemos que no hay vida perfecta si tú no estás presente en medio de nosotros, ya que tú le das sentido a nuestras vidas y a todas nuestras acciones para que den buenos frutos porque están colocados en ti.
Ayúdanos a construir el templo de nuestros corazones para que tú puedas habitar en él y allí sólo encontremos sentimientos de gracia, de humildad y sencillez. Concédenos hoy que, como Herodes, tengamos ganas y sentimientos de verte, amarte y adorarte, para poder expresar este sentimiento de alegría y felicidad por saber que estás en nuestros corazones.
Al realizar nuestras labores de este día queremos iniciar también nuestra búsqueda en aquellos sentimientos que nos llevan a vivir la intimidad contigo y sentir que tu presencia es bondadosa y misericordiosa. Hoy nuestro propósito sea elevar nuestras súplicas al Dueño de la mies que envíe más trabajadores a su mies. Amén.
Feliz jueves vocacional y testimonial. San Wenceslao hoy nos dé fortaleza para ser testigos de tu amor y generosidad.