Nuevo amanecer, nueva esperanza, nuevos consuelos y nuevos sueños que vamos cumpliendo gracias a tu compañía que nos va llevando poco a poco al encuentro con nuestro salvador, pero antes es necesario darte gracias por ver en nuestra Madre Santísima el cumplimiento de la voluntad del padre celestial, estas palabras tan hermosas, que María pronunció en ese momento, son palabras que nos ayuda a comprender el verdadero significado de Dios con nosotros, porque ella dice: «aquí está la esclava del señor hágase mí según tu palabra». Ese es el motivo de la obediencia y la confianza en Dios. Ayer y hoy encontramos las palabras del arcángel san Gabriel: «Dios ha escuchado tus súplicas»; «Has encontrado gracia ante Dios». Hoy te pedimos, Señor, que encontremos también las gracias que Dios nos regala y las súplicas que dirigimos confiadamente al cumplimiento de tu voluntad. Hoy en nuestro último día laboral y quinto de nuestra novena te pedimos que tu Espíritu Santo nos conceda alegrarnos ante el aviso de que María, la virgen, concebirá y dará a luz un hijo; que Dios se anuncia y se hace cercano a nuestras súplicas. Te damos gracias, te bendecimos y te adoramos. Amén.
Un muy feliz y esperanzador viernes para vivirlo en comunión y solidaridad.
“Enséñanos, San José, tu justicia y tu virtud,
para afrontar los agobios con paciencia y rectitud.
Que en las pruebas seas tú, quien inspire nuestro obrar
y que un ángel nos indique la decisión a tomar”.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
En una tierra como la de María, perennemente soleada, una nube pasajera, un árbol que resiste a la sequía y ofrece cobijo, una tienda hospitalaria brindan alivio y protección. La sombra es un don que restaura, y el ángel describe precisamente así el modo en el que el Espíritu Santo desciende sobre María, el modo de hacer de Dios: Dios siempre actúa como un amor gentil que abraza, que fecunda, que custodia, sin violencia, sin herir la libertad. Así es el modo de actuar de Dios. La de la sombra que protege es una imagen recurrente en la Biblia. Pensemos en la sombra que acompaña al pueblo de Dios en el desierto (cf. Ex 13,21-22). La sombra habla, en suma, de la gentileza de Dios. Es como si Él dijera a María, pero también a todos nosotros: “Estoy aquí para ti y me ofrezco como tu refugio y tu cobijo: ven bajo mi sombra, quédate conmigo”. Hermanos y hermanas, así se comporta el amor fecundo de Dios. Y es algo que, en un cierto sentido, podemos experimentar también entre nosotros, por ejemplo, cuando entre amigos, prometidos, esposos, padres e hijos somos delicados, somos respetuosos, cuidando a los demás con amabilidad. ¡Pensemos en la gentileza de Dios! (Ángelus, 24 de diciembre de 2023)