Gracias, Señor, por este fin de semana que nos regalas, en el que podemos manifestar nuestra felicidad por lo que ha significado para nosotros esta semana, por las cosas hermosas que hemos podido vivir, por los momentos difíciles que hemos podido superar, porque siempre hemos podido contar contigo. Gracias, Señor, por todo lo que nos concedes.
En este día te pedimos que nos regales tu Espíritu para que pensemos en lo que nos pides. Para seguirte hay que decir «sí» con el corazón y no con la boca, «sí» con nuestros sentimientos y no con nuestra razón; porque sabemos que lo que tú nos pides es que cumplamos la voluntad del Padre celestial y a veces nos quedamos en buenas intenciones sin hacer lo que en realidad deberíamos hacer: tratar de cambiar, de mejorar, de hacer las cosas como tú y el Padre celestial desean, es decir, que amemos de corazón y sepamos cultivar la viña de nuestro corazón.
Que hoy experimentemos la alegría de poder compartir y tengamos los mismos sentimientos de los que nos habla hoy Pablo, que no obremos por rivalidad, ni ostentación; al contrario, que nos dejemos guiar por la humildad y la sencillez de nuestros corazones, que podamos considerar siempre que los demás son superiores para nosotros, superiores en amor, superiores en servicio y que nosotros humildemente tratamos de buscar siempre el bien de los demás, teniendo los mismos sentimientos que tú has tenido para con nosotros porque tú, Señor, no viniste a ser servido sino a servir y a cumplir la voluntad del Padre y celestial, con ese «sí» que siempre le diste, hasta entregar la vida por nosotros.
Que nuestro «sí» sea de verdad «sí». Gracias, Señor, por la paciencia que tienes para con nosotros porque siempre, cuando cometemos errores o rehusamos asumir nuestras responsabilidades, nos das tiempo para cambiar de idea. Tú siempre nos esperas con paciencia y nos das nuevas oportunidades. ¿No podríamos hacer nosotros lo mismo, unos otros?
Este Domingo dedicado a ti, al inicio de nuestro mes de octubre, sea tiempo propicio para que seamos obedientes a tu voluntad de ir a trabajar a la viña y obedezcamos con alegría y sin reparos. Santa Teresita del Niño Jesús —a quien celebramos hoy— nos ayude a saber trabajar en la viña de la fe, la esperanza y la caridad. Que sea un muy feliz domingo de descanso compartido con los que amamos.
OCTUBRE, MES DE LAS MISIONES.