La Dimensión Social de la Evangelización es profundamente inherente al mismo Evangelio...

El primer aspecto que destacó el señor cardenal Rubén Salazar para considerar, fue aclarar que el Reino de Dios  no lo construimos nosotros, no es un proyecto humano, ni jurídico ni económico que podamos diseñar como hombres. El Reino de Dios llega porque el Señor está presente, está salvando, actúa en cada uno, está verdaderamente en la existencia de la humanidad con toda su fuerza, con todo su rigor.

Nos invita a descubrirlo primero y luego a ayudar a los demás a encontrarlo, a abrir el corazón para poder reconocerlo y aceptarlo en nuestras vidas. Y una de las formas es a través del bautismo que se hace fundamento, ya que nos unimos profundamente a Él. “Si creemos en Cristo y lo aceptamos podemos estar seguros que Dios conducirá la historia y el triunfo del bien recaerá sobre las fuerzas del mal” enfatizó el cardenal.

Vivir intensamente la presencia de Dios

Insistió en la importancia de anunciar la presencia real del Señor, de ese Dios que actúa con poder y autoridad transformado en misericordia para el que necesita perdón, sanación y liberación.

El Cardenal también enfatizó en que “lo primero que se debe hacer es vivir realmente el Evangelio y vivirlo también en comunidad. La Iglesia debe ser cada vez más ese signo de la presencia salvadora de Dios, despojarnos del hombre viejo y actuar como hombres nuevos, libres de apegos como la autoridad, el dinero, la comodidad, el bienestar propio.

Pensemos en trabajar conjuntamente para llegar a la verdadera solidaridad saliéndonos de nosotros mismos y compartiendo como hermanos que somos. Dejemos de hablar de parroquia ricas y parroquias pobres, esto no tiene sentido si somos una sola comunidad”.

Salir, acompañar y fermentar

Finalmente durante la reunión del presbiterio diocesano, se hizo un llamado a tener en cuenta tres características fundamentales en esta dimensión social de la evangelización que son: Salir, una Iglesia en salida, acogiendo, llevando la palabra de Dios, no enconchándonos en nosotros sino  desacomodarnos.

La segunda acción, acompañar que no es más sino caminar con la gente, ponernos en los zapatos del otro, ayudar a los demás a descubrir la presencia del Señor.

Y la tercera acción es fermentar, cuando la realidad empieza a sentir los signos de Dios y las situaciones comienzan a cambiar.

Evangelizar es ser testigo del Evangelio, es la contemplación total de Jesucristo. Es mostrar con mi vida y con mi fe que Dios sana, libera y que realmente es el único Rey del universo.

Estos fueron algunos apartes de la intervención del señor cardenal Rubén Salazar, los invitamos a continuación a ver la reflexión completa sobre lo que significa “ Dimensión social de la evangelización” y el llamado al presbiterio  de la arquidiócesis de Bogotá:

Así mismo, sobre el tema, algunos sacerdotes de diferentes vicarías nos compartieron su experiencia evangelizadora, a continuación: