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Homenaje de la arquidiócesis de Bogotá: Gratitud y reconocimiento a los animadores de la pastoral social

El pasado sábado 12 de septiembre de 8:00 a.m. a 12:00 p.m. en el coliseo Santa Isabel de Hungría, se llevó a cabo el encuentro titulado “Felices los que construyen la…

 

La arquidiócesis de Bogotá desde la vicaría de Evangelización organizó este encuentro arquidiocesano de animadores de la dimensión social de la evangelización, con el fin de “reconocer y agradecer a los animadores de la pastoral social su labor evangelizadora en la construcción de la paz para fomentar el sentido de pertenencia en la Iglesia arquidiocesana”.

Con la participación del arzobispo de Bogotá el cardenal Rubén Salazar Gómez, de algunos vicarios episcopales, párrocos, comunidades religiosas y fundaciones arquidiocesanas, se hizo una jornada formativa, alegre y de oración; entre cantos, la animación de los presentadores y la proyección en video de tres testimonios “Testigos de la Misericordia” que a través de reconocer el rostro de Cristo en los más necesitados son felices, construyen una sociedad más humana y hacen experiencia del paradigma de evangelización: “salir al encuentro del otro, hacerse compañeros de camino y ser fermento para la sociedad”.  

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“Son pocas las personas que con un rostro de alegría como el de Dora, así como veíamos en el video, pueden comunicar que son realmente felices”, expresó el cardenal Rubén Salazar Gómez, para explicar que hoy en día, desafortunadamente la felicidad se concibe como la adquisición de bienes materiales,  cuando verdaderamente se puede ser feliz cuando aceptamos a Dios en nuestra vida y le servimos como sus instrumentos para construir la paz, donando su amor y misericordia.

“Me alegra estar hoy con ustedes…reconocer de manera oficial por parte de la arquidiócesis de Bogotá, lo que están haciendo para construir la paz, llevando el Evangelio a los más pobres y necesitados. Es un reconocimiento a todos y a cada uno de ustedes que trabajan en la Pastoral Social, la evangelización de lo social, de la sociedad”.

Con este mensaje, el cardenal se refirió a la esencia del Evangelio en su dimensión social, “sino repercute en la sociedad, no se está presentando en toda su riqueza, por eso hoy agradecerle a todos los que están trabajando por la paz, la misericordia y el amor”; desde el respeto por el otro y su dignidad, llegando a los más necesitados,  los pobres, los indigentes, los enfermos y a los que más sufren, para llevarlos al encuentro con el Salvador.

Así mismo, el arzobispo de Bogotá, dio su enseñanza sobre el lema del encuentro, la bienaventuranza: “Felices los que construyen la paz porque ellos serán llamados hijos de Dios”.

Para comenzar, comentó que los bienaventurados son los felices y que la “felicidad” aparentemente la muestran en todas partes, especialmente desde los medios de comunicación como la radio, la prensa y la televisión, “todos queremos ser felices, no hay una persona en el mundo que no desee la felicidad…y ¿qué significa ese anhelo de felicidad?... Dios nos ha creado para Él, la presencia de Dios en nuestro corazón es lo único que puede hacernos felices”.

Para complementar esta enseñanza, citó a San Agustín “Nos creaste Señor para ti, y nuestro corazón está inquieto hasta que no descanse en ti”; como también se refirió al evangelista San Juan “Dios es amor”, para ser felices hay que amar a Dios, amándolo en nuestros hermanos, el amor de Dios se hace compasión.

Su eminencia, explicó que el anhelo de Dios que tenemos en nuestro corazón es porque somos sus hijos, y Él en su infinita bondad nos hace desear su búsqueda y permanecer en su presencia.  Nos invita a reconocerle y amarle en nuestros hermanos, por eso la felicidad, insistió una vez más, es tener a Dios en el corazón, en la medida en que sirvamos a los demás “se puede experimentar el gozo, la paz y  la felicidad amando al hermano”.

Para terminar, habló de cinco situaciones claves donde se puede tomar conciencia de lo que significa “serán llamados Hijos de Dios”:

  1. Entrar en una relación profunda con Dios: como la relación que se espera con el papá y la mamá, participar de su vida y estar unido a ellos. Ser hijo de alguien, implica obediencia y nuestra comunión con su ser, con el amor que recibimos y le retornamos gratuitamente.
  2. Shalom: es la síntesis de la paz, la paz que Dios da a su pueblo y también la conquista del pueblo para vivir la relación con Dios y los hermanos. “La paz nace de la perfecta relación con Dios”.
  3. “La paz no es la ausencia de guerra”: Se refirió a la búsqueda de la paz en Colombia, el primer paso es procurar el bienestar de todos los colombianos, del ser humano en su deseo de justicia, de perdonar y de recibir el perdón. Caminar juntos como un solo pueblo, trabajar por la paz, trabajar por todo aquel necesitado de felicidad.
  4. “Felices los que construyen la paz porque serán llamados Hijos de Dios”:  puso el ejemplo de construir una casa donde intervienen muchos elementos; así mismo se construye la paz, es tarea de todos los días, “empezando por nuestro propio corazón, de amarnos y amar a los demás, de renunciar a todo aquello que nos ata…salir al encuentro del otro, acompañar y fermentar”. En nuestras familias y grupos, sanar las heridas, ayudar a todo aquel que lo necesita, para construir una sociedad más justa, fraterna y solidaria, con la presencia salvadora y amorosa del Señor, tarea de todos los días.
  5. El trabajo en red, una labor articulada entre todos los que construyen la paz: “Necesitamos trabajar juntos, acercarnos los unos a los otros…atención a los indigentes, una realidad bastante compleja y la más difícil”.  Comentó sobre la importancia del trabajo que se está realizando en la vicaría episcopal territorial de la Inmaculada, donde monseñor Daniel Delgado está uniendo esfuerzos, iniciativas, fundaciones y apostolados para incidir positivamente en la vida de los indigentes, en su bienestar y en la búsqueda de la paz en su corazón. ¡Necesitamos trabajar juntos por la paz!.

Posteriormente, el vicario de Evangelización, monseñor Jaime Mancera, hizo su intervención sobre la Dimensión Social de la Evangelización y el Plan de Evangelización; se refirió frente a la “falta de un mayor compromiso de los católicos en la sociedad” a la necesidad del cambio de mentalidad, a la etapa en la que se está trabajando “El Gran Giro” donde el propósito de cambio se lleva a la acción concreta  de no ser indiferentes, de trabajar en red y articular todos los esfuerzos para evangelizar: “sentirnos como un sacramento de misericordia en medio de la ciudad”.  Así mismo, hizo un llamado para que el Evangelio brille en la ciudad, a través de los “Testigos de la Misericordia”, de salir al encuentro del otro en las problemáticas de la sociedad, de ser compañeros de camino en lo que pasa en la ciudad y de ser fermento, testimonio de servicio y de vida comunitaria.   Al terminar su mensaje, informó que para la inauguración del Año de la Misericordia, el 8 de diciembre de 2015, en la arquidiócesis de Bogotá, se iniciará la etapa del “Nuevo Rumbo”.

Para finalizar este gran homenaje de gratitud a los animadores de evangelización como constructores de paz, monseñor Francisco Niño, vicario de la vicaría episcopal territorial San José y director del Centro de Dimensión Social de la arquidiócesis de Bogotá, hizo el reconocimiento a los animadores de la Pastoral Social.  Comentó sobre el sentido de este encuentro con base en las vocales: A de acción de gracias “lo que Dios realiza a través de cada uno”, e de estar reunidos para evangelizar, i de la inteligencia, el sentido que le damos a nuestras acciones y renovarnos constantemente desde el conocimiento y el aprendizaje de la Doctrina Social de la Iglesia, O de la oración como San Benito “Ora y labora” sin oración no hay frutos, y u de la unidad que necesitamos vivir entre todos, articulando todo el trabajo por la dimensión de lo social, de hacer vida en la sociedad el Evangelio.  También dio una reseña histórica muy completa de la labor evangelizadora de la Iglesia Católica desde hace 477 años, de como la fe ha marcado los cimientos de Santa Fe de Bogotá y la iglesia arquidiocesana ha realizado su opción por las periferias, con la intercesión y el ejemplo de su patrona Santa Isabel de Hungría.

Al concluir este encuentro, antes de una significativa oración dirigida por el padre Mauricio Cuéllar (ver subsidio), monseñor Francisco Niño entregó a los animadores de la evangelización el regalo por parte de la arquidiócesis de Bogotá un pin “Testigos de la Misericordia” y el documento sobre “Doctrina Social de la Iglesia” (ver subsidio) y terminó expresando:  “Nuestro Señor, con alegría y esperanza, se vale de nosotros para construir su Reino en el mundo”.

 

SUBSIDIO FRUTOS

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SUBSIDIO BIENAVENTURANZAS

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