“Haced vuestro trabajo por amor”…

o día del trabajo, en la celebración de la Sagrada Eucaristía, por el mundo laboral, llevada a cabo en la Basílica de Nuestra Señor de Lourdes.

Una ocasión para agradecer a Dios por el regalo de poseer un trabajo. O, para los que no lo tienen, una oportunidad para pedir al Padre que llegue esta bendición. Porque todos estamos llamados a desarrollar una labor en el mundo, a través de los dones, talentos y cualidades que el Señor nos dio, para cooperar con Él en el embellecimiento y perfeccionamiento de su creación.

El llamado es entonces  a valorar nuestro trabajo, a realizarlo con amor, no sintiendo que es una carga o una obligación. A ofrecer o dar lo mejor de nosotros. Además, es importante guardar el equilibrio tanto en nuestra vida personal como familiar relacionada con nuestros horarios laborales. No pensar que el trabajo es lo único y sacrificar el tiempo que se necesita con los hijos, padres o esposos, por ejemplo. O llegar al extremo de exaltarlo como un ídolo, o el único medio para enriquecernos o hacernos poderosos y famosos.

Estas y otras sabias reflexiones fueron disertadas en la homilía por parte de Monseñor Pedro Salamanca Mantilla. Los invitamos a continuación   a escucharla completa :

Nuestro trabajo será mejor si lo realizamos con un verdadero Espíritu Cristiano; buscando a Dios y el bienestar común antes que cualquier otro fin. Recordemos también que podemos alcanzar nuestra salvación o santificación a traves del trabajo.