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Fueron “misericordiosos” en la ciudad de Bogotá

Participantes del Jubileo Extraordinario de la Misericordia en el Continente Americano visitaron obras de misericordia en Bogotá

Una de las experiencias que más huella ha dejado en los sacerdotes, obispos, cardenales, religiosos y laicos del continente americano, que participan en la celebración jubilar del Año de la Misericordia en Bogotá, ha sido la visita que realizaron el lunes 29 de agosto a casi una treintena de obras de misericordia esparcidas por la ciudad, a favor de los más necesitados, donde compartieron, además, momentos de cercanía con voluntarios y personas beneficiadas.

Divididos en varios grupos, los obispos pudieron conocer obras como la Fundación del Buen Pastor-Casa Refugio, ubicada en el barrio Santafé, donde un grupo de religiosas y voluntarias dirigidas por la hermana Rosalba Navarro, acogen a mujeres en situación de prostitución, y les ofrecen, a la luz del Evangelio, la posibilidad de reorientar su proyecto de vida a favor de su dignidad como hijas de Dios.

Cerca de esta casa se encuentra también la obra Servidores del Servidor, creada por la Comunidad Donum Christi, laicos consagrados encabezados por el hermano Jorge Andrade, que atienden a personas vulnerables y menores en situación de riesgo. Para ello administran comedores que todos los días acogen gratuitamente a niños y abuelos.

Además han creado un Hogar de niños para atender a los menores en situación de vulnerabilidad del barrio Santafé. Allí, hermanos y voluntarios velan porque los niños no solo reciban una alimentación adecuada, sino que también asistan a la escuela y mantengan un buen rendimiento.

Otra de las obras de misericordia promovidas por la Iglesia en Bogotá, es el Centro Ambulatorio Medalla Milagrosa, administrado por la comunidad religiosa de las Hijas de la Caridad de San Vicente de Paúl. Dirigidas por sor Nohemy Sánchez Castro, religiosas y voluntarios atienden a personas de la calle en situación de riesgo o que por algún motivo cayeron en la delincuencia o en las drogas. Para ello orientan y acompañan “procesos pedagógicos de reeducación e inclusión a la sociedad”, así como de prevención.

Del mismo modo, las religiosas vicentinas dirigen el Centro Social Nazareth, donde, entre otras cosas, atienden a mujeres desplazadas por el conflicto interno, brindándoles herramientas para que puedan desenvolverse laboralmente.

Por otra parte, pensando en la población adulta-mayor, la Fundación Voluntariado Juan Pablo II acoge a 25 ancianas –con un promedio de 87 años de edad– y promove en ellas un envejecimiento activo y saludable, de acuerdo con sus necesidades personales, sociales y espirituales.

Otras son las urgencias de los jóvenes en situación de vulnerabilidad y habitantes de la calle, a quienes la Fundación Servicio Juvenil Padre Javier de Nicoló proporciona asistencia y cuidado integral, además de educación, orientación, y el desarrollo de sus talentos, con miras al restablecimiento de sus derechos.

Una experiencia distinta pero igualmente necesaria, es la que realiza el “Hogar Verónica” de la Fundación Eudes, al acoger niños y niñas con VIH-Sida y garantizarles seguridad alimentaria, vivienda y atención espiritual. En este mismo sentido, la Fundación Eudes también desarrolla acciones preventivas, de promoción humana, enmarcadas en el amor, el servicio y el respeto.

No son estas las únicas obras de misericordia que visitaron los participantes de la celebración jubilar continental. Muchos de ellos tocaron y se dejaron tocar por la misericordia en el Banco Arquiocesano de Alimentos, para familias en situación de vulnerabilidad alimentaira; la Fundación Caminos de Libertad, para personas privadas de la libertad y sus familias; el Hogar Madre Teresa de Calcuta, para adultos mayores; la Comisión Intereclesial de Justicia y Paz, para la defensa de los derechos humanos y el acompañamiento a las víctimas del conflicto; la Casa Dios es Amor, para madres cabeza de hogar y familias vulnerables; la Fundación Artística y Social “La Familia Araya”, para el desarrollo de procesos de liderazgo en niños y jóvenes a través del hip-hop; la Fundación San Ezequiel Moreno, para la atención integral a los enfermos de cáncer; la Fundación de Atención al Migrante, para familias en situación de desplazamiento forzado; el Centro Camiliano, para el acompañamiento a enfermos, personas en duelo y formación en pastoral de la salud; el Instituto San Pablo Apóstol, para la educación técnica de niños y jóvenes; la Asociación Hogares Luz y Vida, para niños y jóvenes en situación de discapacidad; la Fundación San Antonio, para la educación no-formal de niños, niñas y jóvenes; la Obra Salesiana del Niño Jesús, con amplia incidencia en educación, alimentación, salud y capacitación laboral; la Fundación Creaciones Micaela, para la rehabilitación laboral de mujeres en situación de vulnerabilidad; la Fundación San Pedro Claver, para la atención integral de personas mayores; el Centro de Pastoral Afroamericana, para el acompañamiento pastoral del pueblo afrocolombiano; y la Casa de las Hermanitas de los pobres, para acoger adultos mayores en situación de pobreza.

En total se visitaron 27 obras de misericordia en la arquidiócesis de Bogotá. Fue una mañana de misión y misericordia. Recordando el video-mensaje del papa Francisco, unos y otros “fueron tratados con misericordia”. Al final, todos fueron “misericordiados” en la ciudad.