Pasar al contenido principal
Noticias

Eucaristía de inicio de las visitas pastorales en la arquidiócesis de Bogotá

En una emotiva eucaristía, celebrada en la Catedral Primada de Colombia, el señor obispo Pedro Manuel Salamanca Mantilla, auxiliar de Bogotá, dio comienzo a esta…

Los obispos realizan visitas pastorales en sus diócesis para estar más cerca de sus fieles, de sus parroquias, de las diversas comunidades que allí tienen asiento y para exhortarlos a tener una vida de fe y comprometerlos en una verdadera práctica cristiana; además y examina y valora las estructuras e instrumentos destinados al servicio pastoral, por ejemplo la organización de la parroquia como ente jurídico y sus bienes. 

Estas visitas están descritas en el Directorio para el Ministerio Pastoral de los Obispos, en este documento dice que cuando el obispo que hace la visita pastoral debe tratar de realizar, en lo posible los siguiente:

Celebrar la misa.

Conferir el sacramento de la confirmación.

Reunirse con el párroco y con los otros clérigos que colaboran en las parroquias.

Reunirse con el Consejo pastoral. Si no lo hay con los fieles – presbíteros y diáconos, religiosos y laicos.

Reunirse con el Consejo para asuntos económicos.

Reunirse con los niños y jóvenes que hacen catequesis.

Visitar las escuelas y otras obras e instituciones católicas que dependen de la parroquia.

Visitar a algunos enfermos.

Según el libro del padre Luis Carlos Mantilla, OFM, referencia histórica de la arquidiócesis bogotana, debido a la inmensa región que gobernaron los primeros obispos bogotanos fue imposible hacer unas adecuadas y completas visitas pastorales. Piénsese que la Arquidiócesis tenía territorios hasta en la actual Venezuela, pues se extendía desde el Lago de Maracaibo hasta la ciudad de Neiva y por san Jerónimo del Monte, con más de 2.000 millas, esto hacia lo ancho, por que de largo era imposible saber donde terminaban las selvas y las inmensas llanuras.

Fray Juan de los Barrios quiso empezar las visitas pastorales, pero sus constantes enfrentamientos con las autoridades civiles y las comunidades religiosas no le dejaron tiempo para culminar su empeño. Fue fray Luis Zapata de Cárdenas quien logró hacer una buen camino en este empeño pastoral pues, según Mantilla, entre 1573 y 1575 había visitado algunas parroquias de “tierra caliente” y hay documentos que lo sitúan en Ibagué Mariquita y Venadillo.

Estos dos intentos se vieron realizados en el gobierno pastoral de don Bartolomé LoboGuerrero, quien de manera sistemática pudo realizar las visitas tanto tiempo esperadas,  tanto que uno de los oidores de Santafé escribió al Rey: “en poco más de cuatro años que ha que está en este arzobispado lo ha visitado y confirmado casi todo, con tener las ciudades y distritos tan distantes y ser los caminos tan ásperos y dificultuosos”.

Sin embargo el héroe de estad visitas es sin duda Don Hernando Arias de Ugarte, pues, en cinco años visitó toda su arquidiócesis llegando incluso al Caguán, en donde se perdieron algunos de sus acompañantes.

El papa Urbano VIII no podía creer semejante heroísmo y lo declaró en un acto público: hic est prelator prelatorum et episcopus episcoporum.

Más cercanamente fue el cardenal Aníbal Muñoz Duque quien el 26 de septiembre de 1973 expide el decreto para la publicación del Directorio para las Visitas Pastorales, siendo su canciller el padre Gabriel Romero Franco, hoy obispo emérito. 

En la Pascua de este año el señor cardenal Rubén Salazar Gómez ha publicado unas Orientaciones para las Visitas Pastorales, que para los señores Vicarios Episcopales serán la carta de navegación.

Homilía de monseñor Pedro Salamanca: