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Escuela Parroquial de Catequistas

La misión de la ESPAC es formar y ubicar a los catequistas en su tarea evangelizadora dentro de la comunidad parroquial, proporcionándoles una formación catequística…

Visión

La ESPAC se proyecta en el tercer milenio respondiendo a los retos que plantea la Nueva Evangelización de la Iglesia dentro del contexto socio religioso de nuestra realidad eclesial, dotando a las parroquias de agentes especializados para la evangelización y la catequesis provistos de la idoneidad doctrinal y metodológicas exigidas por el Directorio General para la Catequesis y capaces de educar la fe católica de niños y adultos en consonancia con la realidad cultural de sus parroquias, mediante la catequesis sacramental de iniciación y dentro de la comunidad de fe y de culto.

Historia

En los años subsiguientes al Concilio Vaticano II se creó, en Colombia y en muchas otras latitudes del mundo católico, un gran vacío en el campo de la catequesis y de la enseñanza religiosa. Nuevas escuelas pedagógicas habían surgido y los catecismos, en los cuales se educó la fe del pueblo colombiano desde el siglo XV, ya no respondían a las nuevas expectativas en lo tocante a la metodología, al contenido y a la transmisión vivencial del mismo. Proliferaron entonces textos y metodologías de origen alemán y holandés que, al no ser asimilados por quienes no eran expertos en esas culturas, pronto cayeron en desuso.

El sistema de enseñanza de la catequesis, por entonces, en los centros educativos, estaba ajustado a lo establecido en el Concordato vigente entre la Santa Sede y el Estado Colombiano según el cual la escuela, cualquiera fuera su condición: gubernamental o privada, era considerada como el lugar propio para la educación de la fe. La catequesis debía dictarse en todas las escuelas donde los profesores, por el hecho de serlo, debían también ser los catequistas.

Sin embargo, en estas circunstancias, hacia 1960 la catequesis en las escuelas y colegios ya había perdido su identidad: el espacio destinado para ella en el currículo escolar fue desplazado por otras actividades tales como la educación física, obras manuales, bordados, idiomas, incluso para difundir la ideología marxista entre los alumnos. A ésto se llegó debido a los cambios tan rápidos y profundos que venían afectando a la sociedad; a la pluralidad ideológica del magisterio y a que la parroquia había descargado su responsabilidad en la escuela descuidado casi totalmente su función primordial de educar la fe de los fieles.

Sin duda contribuyó a ésto la mala o casi nula formación catequística en los seminarios donde ser catequista o interesarse por la catequesis era visto como un “hobby” de algunos, poco anhelado por quienes tenían en mente lograr doctorados en otros ámbitos de las ciencias eclesiásticas.

Expansión de la ESPAC 

En 1990, sin pretenderlo, pero por cuanto el Programa había sido acogido y seguido también por dos noviciados masculinos y once femeninos en Bogotá, las junioras domínicas de Santa Catalina de Sena, graduadas en la ESPAC y enviadas a diferentes regiones de Colombia, comenzaron a utilizar la metodología ESPAC en sus catequesis. De esta manera surgió una escuela en Chinú (Córdoba) que dio origen a la ESPAC en la Diócesis de Montería donde gracias al celo apostólico y al dinamismo pastoral de su Obispo, Monseñor Dario Molina Jaramillo, funciona en la totalidad de sus parroquias.

Simultáneamente y de manera progresiva se fue extendiendo a las demás Vicarias Episcopales de Bogotá y a otras diócesis de Colombia: Bucaramanga, Cali, Casanare, Chiquinquirá, Duitama, Facatativá, Girardot, Manizales, Medellín, Montería, Pereira, San Gil, Tuluá, Valledupar, Villavicencio y Palmira donde su Obispo, Monseñor Mario Escobar Serna, mediante Decreto, asumió la ESPAC como programa oficial de la Diócesis para la formación de sus catequistas. Esto, no obstante, el Programa no produjo frutos en Palmira.

En 1993, cuando el Programa se fue extendiendo a otras jurisdicciones, al equipo inicial se integraron sacerdotes, religiosas y laicos pastoralmente experimentados y expertos en pedagogía catequística. Son muy valiosos los aportes para la estructuración de Quinto Semestre sobre comunidad eclesial, del Padre Alirio Ramírez, la Doctora María Leonor Mejía y Carlos Alberto Gómez del CECAM de Manizales; las Hermanas Lilian Rivero, de Pereira; Gladys Pinzón de Villavicencio y Magdalena Gaitán de Facatativá.

Todos ellos, bajo la dirección general de Monseñor Sánchez, la dirección académica de la doctora Stella Betancourt y la cooperación de las religiosas salesianas Carmenza González y Leonor Castelblanco conformaron el Equipo Nacional directivo que le dio altura y gran dinamismo a la ESPAC. A la base de este equipo, en la retaguardia, estaba, desde el origen de la ESPAC, Mónica Lorenzo encargada de atender los aspectos logísticos, la distribución de material y el contacto con las Delegaciones Diocesanas ESPAC. Con ella realizaban todas estas labores: Sandra Maritza Gómez, Jorge Israel Gómez, Constanza Rojas, Himelda de Carvajal y Myriam Vagner.