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Aniversario de ordenación presbiteral

Hace  49 años comenzó su servicio a la Iglesia cuando fue ordenado presbítero por  el obispo de Ibagué, monseñor José Joaquín Flórez Hernández. Había nacido en Bogotá 24…

San Juan Pablo II lo nombró obispo de Cúcuta y fue consagrado por monseñor Paolo Romeo, entonces nuncio de Su Santidad en Colombia, el 25 de marzo de 1992; el 18 de marzo de 1999 fue trasladado a la arquidiócesis de Barranquilla hasta que fue nombrado en la arquidiócesis de Bogotá, y asumió el 13 de agosto de 2010. Fue elevado a cardenal en el consistorio de noviembre de 2012, por al papa Benedicto XVI. Participó en el cónclave de 2013, que eligió al papa Francisco.

Para los fieles de la arquidiócesis de Bogotá ha sido una gracia la presencia de este Pastor, que a través del plan de evangelización (PlanE) ha puesto a la Iglesia en salida, misión permanente en búsqueda de las ovejas perdidas que tanto necesitan del cuidado pastoral y de la presencia de Jesucristo entre esta difícil porción social.

Sus cualidades humanas se hacen presente no sólo en el cariño y cercanía que manifiesta hacia sus fieles en las habituales visitas a las parroquias, sino como padre y pastor de su clero, al que conoce por su nombre. Es admirable su conocimiento bíblico y de los documentos de la Iglesia, que se percibe en las charlas, homilías, documentos  y diversas predicaciones.

Sus innumerables cualidades humanas e intelectuales se han visto crecer al mismo tiempo que sus cargos y responsabilidades pastorales; así su área de influencia, que en principio fue una parroquia de Ibagué, se fue ampliando para servir en el Secretariado Nacional de Pastoral Social, en el Pontifico Consejo Cor Unum, como presidente de la Comisión de Doctrina de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC); presidente de la  misma por dos periodos y como Cardenal de la Iglesia y Presidente del Consejo Episcopal Latinoamericano. En El Vaticano es miembro del Consejo Pontificio de Justicia y Paz, de la Pontificia Comisión para América Latina y de la Congregación para los Obispos.

La divisa de su escudo episcopal “Tunc dixi ecce venio” (Entonces digo: estoy aquí para hacer tu voluntad) se ha visto reflejada a lo largo de su vida, la que ha sido ejemplo de evangelización a través del compromiso, de la caridad y el trabajo.