La jornada comenzó con el tradicional Vía Crucis, que este año recorrió las calles de nuestro barrio de una manera muy especial y cercana. Esta cercanía nos permitió unirnos de manera más profunda al sufrimiento de Jesús, sintiendo el peso de su sacrificio en el corazón de nuestra comunidad. El camino de oración culminó nuevamente en nuestro templo, donde habíamos iniciado.

Por la tarde, nos reunimos para participar en el Oficio Litúrgico de la Pasión del Señor. En esta solemne celebración, escuchamos el relato conmovedor de la Pasión según San Juan, adoramos la Santa Cruz, signo de nuestra redención, y participamos en la Comunión con las formas consagradas el día anterior.