Desde las primeras horas de la mañana, la comunidad se reunió para elevar sus oraciones en la oración de Laudes, un momento de recogimiento y preparación espiritual para los días santos que comenzaban. La mañana también fue testigo de la solemne recepción de los Santos Óleos, bendecidos por nuestro arzobispo el Lunes Santo. Estos óleos, que serán utilizados a lo largo del año en los sacramentos son el Santo Crisma, el óleo de los catecúmenos y el óleo de los enfermos.

La tarde nos congregó nuevamente en el templo parroquial para la celebración central del Jueves Santo: la Misa de la Cena del Señor, Monseñor Ricardo Pulido junto a nuestro párroco Carlos Santiago Granados presidió la solemne Eucaristía, en la que conmemoramos la Última Cena de Jesús con sus discípulos. La celebración continuó con la procesión del Santísimo Sacramento al Monumento, un espacio especialmente preparado para la adoración. En este traslado solemne, acompañamos a Jesús Eucaristía, recordando su entrega total por nuestra salvación.