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Jesús salva mi familia "Ministerio católico para la restauración matrimonial"

JSMF

JESÚS SALVA MI FAMILIA - JSMF

Es un ministerio conformado por laicos católicos profundamente comprometidos con el Señor. El principal propósito es defender el sagrado sacramento del matrimonio y los valores fundamentales e innegociables de la familia. La misión está enfocada a la restauración personal, familiar y matrimonial, guiados por los principios de la fe católica.

El ministerio surgió en abril de 2006 a través de un portal de internet. Posteriormente, extendimos nuestras actividades a encuentros presenciales y virtuales en diversos países de Latinoamérica. Con el propósito de proteger la institución familiar. Tomados de las manos de Jesús, la Santísima Virgen María y San José, en el ministerio alzamos las voces en contra del divorcio, la separación y el desamor. Nos comprometemos a defender las verdaderas leyes cristianas instituidas por Nuestro Señor Jesucristo, quien en su palabra dijo: “Lo que Dios ha unido, que no lo separe el hombre” (Mateo 19,6).

En Colombia, Jesús Salva mi Familia-JSMF, hace parte de la Unión del Apostolado Católico UAC, quienes brindan acompañamiento, formación y consejería a través del padre Mariusz Maka (Director espiritual del movimiento). 

El ministerio orienta y acompaña a través del portal de internet, redes sociales y grupos presenciales de apoyo, a matrimonios en crisis,  y separados . El proceso de conversión personal y el encuentro con Cristo, permite a hombres y a mujeres que están enfrentando un problema matrimonial, encontrar la paz y sanación de sus corazones, de sus matrimonios y de sus familias.

El apostolado se centra en un mensaje de esperanza y Fe para los cónyuges que desean que Dios restaure sus vidas, sus familias y su matrimonio a pesar, de estar enfrentando una fuerte crisis matrimonial, una separación e incluso el divorcio.

Buscamos enseñarle a los esposos luchadores a amar y a entender el verdadero significado y contexto vivencial del sacramento del matrimonio, a amar a sus cónyuges, a luchar por la unidad y restauración matrimonial.

"La familia está llamada a ser templo, o sea, casa de oración: una oración sencilla, llena de esfuerzo y ternura. Una oración que se hace vida, para que toda la vida se convierta en oración" (San Juan Pablo II)

 

Misión 

Apoyar, orientar y acompañar a esposas y esposos que están viviendo crisis en sus matrimonios, así como a personas separadas, para que encuentren un camino de esperanza y alcancen la restauración personal, matrimonial y familiar de la mano de nuestro Señor Jesucristo, la Santísima Virgen María y San José, de acuerdo con los fundamentos de la Iglesia Católica.

Promovemos un espacio de formación y crecimiento espiritual, fomentando un auténtico y verdadero encuentro con Jesús, para que personas y hogares restaurados sean fuente de vida, vivan el amor, el perdón y el sacramento del matrimonio, siguiendo el ejemplo de la Sagrada Familia de Nazaret.

 

Visión

Consolidarnos como el primer movimiento de apoyo matrimonial y familiar en los países de habla hispana, avalado por la iglesia católica, para lograr la RESTAURACIÓN  personal, de matrimonios en crisis, apoyados en herramientas espirituales que permitan uniones sanas, sólidas y estables en medio del mundo de hoy.


 Valores de Jesús Salva Mi Familia

En Jesús Salva Mi Familia, nos inspiramos en las Bienaventuranzas para vivir una Fe que transforma y une. A través de estos valores, buscamos ser un faro de esperanza en el camino hacia la sanación, conversión y restauración personal, familiar y matrimonial de la mano de Jesús, la Santísima Virgen María y San José.

1. Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

En Jesús Salva Mi Familia, confiamos con Fe sincera en la providencia de Dios, que nos envuelve con su amor y poder sanador. Nos entregamos a su voluntad con el corazón abierto, dispuestos a iniciar un camino de conversión donde el Espíritu Santo transforme nuestras vidas. Solo a través de esta transformación podemos amar con un amor desinteresado, que no busca recompensa, capaz de perdonar y ver a nuestros cónyuges con ojos de misericordia. Ofrecemos nuestro dolor como una plegaria viva a Jesús, como Él nos invita en Mateo 11, 28-30:

“Venid a mí todos los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso. Tomad sobre vosotros mi yugo, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera.”

En esta promesa hallamos nuestra fuerza y paz, buscando ser un reflejo de su amor en cada paso de nuestra misión.

2. Bienaventurados los mansos, porque ellos heredarán la tierra.

En Jesús Salva Mi Familia, somos una familia de hermanos, unidos en el amor que nace de Cristo. Nos acoge­mos mutuamente en nuestras fragilidades, compartiendo el peso del dolor con un corazón lleno de empatía por quienes sufren crisis o rupturas en sus familias. Algunos miembros que han caminado más tiempo en el ministerio, han elegido voluntariamente  poner al servicio de los demás todo lo que han recibido, dedicándose a trabajar por la unidad de las familias. Sabemos que el centro de nuestra vida es Jesús, el Señor de la paz y la reconciliación, y vivimos nuestra mansedumbre como un llamado a ser pacificadores, construyendo puentes de reconciliación en nuestras familias y comunidades. En cada abrazo fraterno, en cada oración compartida, trabajamos para que cada corazón encuentre en Jesús el reposo prometido a los mansos.

3. Bienaventurados los que lloran, porque ellos serán consolados.

En Jesús Salva Mi Familia, nuestros corazones, arraigados en la Fe, llevan una palabra de esperanza a quienes sufren por la desunión de sus familias. A pesar de nuestras propias caídas y errores, buscamos la pureza de un corazón renovado a través de la oración y los sacramentos. En esta búsqueda, encontramos consuelo y fortaleza, como dice 2 Corintios 1, 3-4:

“Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de toda consolación, que nos consuela en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos consolar a los que están en cualquier tribulación, con la consolación con que nosotros somos consolados por Dios.”

Con esta fortaleza, nos convertimos en faros de esperanza, ofreciendo aliento a quienes atraviesan el dolor, compartiendo con ellos el consuelo que de Dios hemos recibido, y extendiendo su paz a cada alma en busca de alivio.

4. Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

Nos esforzamos por vivir plenamente en un espíritu de oración, fortalecidos por los sacramentos que nos impulsan en la batalla. Mantenemos una profunda fidelidad a las enseñanzas de la Iglesia, acogiendo sus directrices. Este anhelo de justicia nos guía en nuestra misión de restaurar hogares y familias, siempre impulsados por el amor y la gracia de nuestro Señor Jesucristo.

5. Bienaventurados los misericordiosos, porque ellos alcanzarán misericordia.

Vivimos la misericordia como un valor fundamental, ofreciendo un amor incondicional y compasivo hacia los demás. Nuestra labor se basa en la comprensión y el apoyo mutuo, reconociendo que en el dolor y en la lucha, la misericordia de Dios se manifiesta y se comparte.

6. Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios.

Reconocemos nuestra fragilidad, nuestras caídas y miserias, pero con el corazón abierto, clamamos a Dios que renueve en nosotros un espíritu recto. En la fragancia de la gracia divina, transformamos cada esfuerzo en una expresión de su amor eterno, iluminando el sendero hacia el bien.

Como lo pedimos en el Salmo 51, 10: “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí.”

Así, en nuestra búsqueda de pureza, queremos ser faros de luz y esperanza, reflejando su gracia en cada acción. Con humildad, imploramos que Dios nos conceda un corazón sincero, que en nuestra debilidad encontremos la fortaleza para servirle y guiar a otros en su camino hacia su amor.

7. Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.

Buscamos ser constructores de paz en nuestras familias y comunidades, fomentando la reconciliación y la unidad. Nuestra labor se basa en la Fe en Dios y en la esperanza de que su gracia puede transformar cualquier situación conflictiva en una oportunidad para crecer en amor y paz.

8. Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia, porque de ellos es el Reino de los Cielos.

En un mundo donde los valores se han desvanecido y el matrimonio es visto como algo efímero, nos enfrentamos  en un escenario de confusión y desvío. El divorcio y lo pasajero prevalecen, mientras las ideologías contrarias al matrimonio y a la vida se expanden a nuestro alrededor.

En medio de esta tormenta de desolación, nuestra misión de acompañar el dolor ajeno se eleva como una llama de esperanza. No somos nosotros quienes restauramos matrimonios y familias, sino que es Dios, en su infinita bondad, quien lleva a cabo esta obra sublime de sanación y restauración.

Fundamentos de la restauración matrimonial

Los fundamentos propuestos por Jesús Salva mi Familia-JSMF, para la restauración matrimonial son los siguientes:

1.  Jesús y yo. La conversión personal: El primer paso para la restauración matrimonial y familiar consiste en la unión de la persona con Dios y la transformación de ella en testimonio vivo de su palabra. El encuentro personal con Jesús, cara a cara. El cónyuge luchador, adopta la palabra de Dios y la hace vida cuando decide amar a pesar del desamor de su cónyuge, decide perdonar y olvidar las ofensas de su pareja, aprende a vivir y a servirle a Dios, y aprende a esperar en los tiempos del Señor. Cuando uno de los dos cónyuges, decide entregar su vida a Dios, no solo se transforma esta persona, sino que también cambia todo su entorno, y su familia.

El cónyuge que inicia su camino hacia la conversión cambia su papel de víctima y deja atrás su dolor por la alegría y la paz que da Cristo y asume el papel de hijo de Dios luchador y victorioso.

2. Jesús y mi Cónyuge. La conversión del cónyuge. La conversión del cónyuge, se logra a través de la oración de intercesión o batalla espiritual y el nuevo testimonio de vida del cónyuge luchador. La oración y la Fe mueven montañas y es a través de ella, como logramos la restauración de tantos corazones, familias y matrimonios.

Entendemos que no se avanza en el proceso de restauración matrimonial reclamando, peleando, haciendo caer en razón al cónyuge, porque no se trata de un enfrentamiento personal sino de una batalla espiritual que sólo podemos ganarla de la mano de Dios y con la intercesión de la Virgen María.

3. La nueva comunión de esposos. Una pareja convertida y restaurada tienen como centro a Jesús nuestro Señor, quien es fuente de un nuevo amor y vida. Nunca más se va a romper esta unión porque esta vez el matrimonio se construye sobre roca sólida. El vino del matrimonio de las bodas de Caná es renovado por uno nuevo y de mejor calidad que el anterior. Nuestra madre del cielo también estará presente en esta nueva unión, intercediendo por la unidad del matrimonio y de la familia.

Cenáculos Jesús Salva mi Familia 

Son encuentros semanales con los esposos o esposas que están enfrentando la crisis matrimonial, separación o divorcio. A través de los cenáculos buscamos: 

  1. Escuchar, consolar, acompañar y orientar a las personas que ingresan al grupo

  2. Llevamos a los miembros a mirarse a su interior y sanar sus heridas a través del perdón y la oración.

  3. Orientamos a los miembros hacia la conversión (mandamientos, sacramentos, palabra diaria,   Eucaristía, ayuno, oración, crecimiento espiritual)

  4. Promovemos la consagración al inmaculado corazón de la Virgen María

  5. Fomentar  la   Adoración  Eucarística  como   medio   de   sanación, conversión y salvación

  6. Motivamos a los miembros a prestar un servicio a Dios, ya sea en el ministerio, una parroquia, fundación.

  7. Organizamos encuentros mensuales, retiros, peregrinaciones Y otras actividades. 

Encuentros de Crecimiento espiritual

Encuentros para miembros de JSMF donde se brinda formación y crecimiento espiritual a través de predicas, testimonios, oración, seminarios, retiros, peregrinaciones.

Eucaristía mensual por las familias

Eucaristía mensual por la restauración personal, familiar y matrimonial.

Consejería espiritual

Consejería espiritual a los miembros de JSMF a cargo de los sacerdotes católicos que acompañan el ministerio.

Adopta un sacerdote

A través de la oración de intercesión, la Adoración Eucarística y la sagrada Eucaristía, los miembros del ministerio, adoptan espiritualmente un sacerdote para que este se fortalezca su Fe y ministerio sacerdotal y ellos tengan corazones puros y santos.

Cenáculo Virtual

Es un espacio semanal de oración y crecimiento espiritual principalmente para personas que por razones de distancia, tiempo o cualquier dificultad no pueden asistir físicamente a los encuentros propuestos para diferentes ciudades y países.

Frutos del Apostolado

  • Conversiones

  • Restauraciones personales, matrimoniales, familiares Crecimiento espiritual en los miembros del ministerio 

  • Crecimiento del ministerio en número de participantes, número de servidores, número de cenáculos, y actividades 

  • Reconocimiento y aprobación eclesiástica por parte de la Iglesia en México, Paraguay y acompañamiento espiritual en Colombia por parte de la UAC.

 

 

Conoce más de este movimiento en el siguiente link:  https://jesussalvamifamilia.org/  o contáctanos: María Isabel Mejía Villamizar - Jsmfbta2011@hotmail.com  - WhatsApp +57 3138933409 Bogotá, D.C.

 

Encuentros y retiros programados