Formación básica de escucha

#EscucharConLosOídosDelCorazón
¿Quieres formarte y brindar el servicio de escucha en tu parroquia?
El Papa Francisco (2016) nos dice: "La historia de una familia está surcada por crisis de todo tipo, que también son parte de su dramática belleza. Hay que ayudar a descubrir que una crisis superada no lleva a una relación con menor intensidad sino a mejorar, asentar y madurar el vino de la unión. No se convive para ser cada vez menos felices, sino para aprender a ser felices de un modo nuevo, a partir de las posibilidades que abre una nueva etapa. Cada crisis implica un aprendizaje que permite incrementar la intensidad de la vida compartida, o al menos encontrar un nuevo sentido a la experiencia matrimonial. De ningún modo hay que resignarse a una curva descendente, a un deterioro inevitable, a una soportable mediocridad. Al contrario, cuando el matrimonio se asume como una tarea, que implica también superar obstáculos, cada crisis se percibe como la ocasión para llegar a beber juntos el mejor vino. Es bueno acompañar a los cónyuges para que puedan aceptar las crisis que lleguen, tomar el guante y hacerles un lugar en la vida familiar. Los matrimonios experimentados y formados deben estar dispuestos a acompañar a otros en este descubrimiento, de manera que las crisis no los asusten ni los lleven a tomar decisiones apresuradas" (AL. 232)
Además, el papa Francisco en la Exhortación Apostólica Christus Vivit (2019), nos dice que debemos escuchar mediante tres sensibilidades o atenciones distintas y complementarias:
La primera sensibilidad o atención es a la persona. Se trata de escuchar al otro que se nos está dando él mismo en sus palabras. El signo de esta escucha es el tiempo que le dedico al otro. No es cuestión de cantidad sino de que el otro sienta que mi tiempo es suyo: el que él necesita para expresarme lo que quiera. Él debe sentir que lo escucho incondicionalmente, sin ofenderme, sin escandalizarme, sin molestarme, sin cansarme. Esta escucha atenta y desinteresada indica el valor que tiene la otra persona para nosotros.
La segunda sensibilidad o atención es discernidora. Aquí necesito preguntarme qué me está diciendo exactamente esa persona, qué me quiere decir, qué desea que comprenda de lo que le pasa. Son preguntas que ayudan a entender dónde se encadenan los argumentos que mueven al otro y a sentir el peso y el ritmo de sus afectos influenciados por esta lógica. Esta escucha se orienta a discernir las palabras salvadoras del buen Espíritu, que nos propone la verdad del Señor, pero también las trampas del mal espíritu –sus falacias y sus seducciones–. Hay que tener la valentía, el cariño y la delicadeza necesarios para ayudar al otro a reconocer la verdad y los engaños o excusas.
La tercera sensibilidad o atención se inclina a escuchar los impulsos que el otro experimenta “hacia adelante”. Es la escucha profunda de “hacia dónde quiere ir verdaderamente el otro”. Más allá de lo que siente y piensa en el presente y de lo que ha hecho en el pasado, la atención se orienta hacia lo que quisiera ser. A veces esto implica que la persona no mire tanto lo que le gusta, sus deseos superficiales, sino lo que más agrada al Señor, su proyecto para la propia vida que se expresa en una inclinación del corazón, más allá de los gustos y sentimientos. (ChV. 292 -294)
"La escucha, en efecto, no tiene que ver solamente con el sentido del oído, sino con toda la persona. La verdadera sede de la escucha es el corazón. El rey Salomón, a pesar de ser muy joven, demostró sabiduría porque pidió al Señor que le concediera «un corazón capaz de escuchar» ( 1 Re 3,9). Y san Agustín invitaba a escuchar con el corazón ( corde audire), a acoger las palabras no exteriormente en los oídos, sino espiritualmente en el corazón: «No tengan el corazón en los oídos, sino los oídos en el corazón». Y san Francisco de Asís exhortaba a sus hermanos a «inclinar el oído del corazón»" (JMCS 2022)
Conscientes de la importancia de brindar un servicio de escucha a las personas y familias que pasan por diferentes situaciones de fragilidad en su vida y respondiendo a la invitación que nos hace el Papa Francisco, el Servicio Arquidiocesano de Evangelización de la familia ofrece:
FORMACIÓN BÁSICA EN ESCUCHA
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Dirigido a:
Sacerdotes, religiosas, matrimonios, laicos, animadores parroquiales y voluntarios de los centros pastorales de escucha.
Compuesta por:
Seis encuentros virtuales - miércoles de 7:00 a 9:00 pm - Plataforma Zoom
Un encuentro presencial - sábado 11 de octubre de 8:30 am a 12:00 m - Casa Diaconía para la Esperanza (Cra 13 N° 68 – 50)
Iniciamos formación:
Miércoles 3 de septiembre a las 7:00 pm
Plazo de inscripción: 25 de agosto de 2025
Inscripción: aquí
Mayores informes:
Servicio Arquidiocesano de Evangelización de la Familia
314 3328386
¡Los esperamos!