Como servidores de esta diaconía, en medio de la cotidianidad y de la tarea evangelizadora que el Señor nos ha encomendado a cada uno de nosotros, servidores religiosos, laicos y personas de buena voluntad que contribuyen al desarrollo humano integral, no podemos desconocer la importancia del diálogo en medio de la labor de humanización que realizamos, la importancia de actuar bajo la corresponsabilidad y estar, como pueblo de Dios unido a cumplir la tarea evangelizadora y la misión de la Iglesia Samaritana.
Esta labor del desarrollo humano integral se logra cuando, como comunidad eclesial actuamos unidos en favor de acompañar la realidad humana de las personas, poniendo al servicio la diversidad de dones y carismas que el Espíritu nos ha regalado y haciendo de nuestra misión, un verdadero testimonio de la corresponsabilidad y el diálogo para la contribución al Desarrollo Humano Integral.
El diálogo y la corresponsabilidad son dos actitudes fundamentales para vivir el Camino Discipular Misionero, camino del cual hacemos parte y en el cual contribuimos desde la tarea del desarrollo humano integral, por tanto, debemos conocerlas, apropiarlas y vivirlas en medio de la labor cotidiana y la misión que el Señor nos ha encomendado.
