Este documento está dirigido a todos los animadores de la evangelización en la Arquidiócesis. Es ocasión de lectura y reflexión conjunta en las comunidades parroquiales, con los miembros del EPEM y COPAE y con los grupos y equipos de los diferentes servicios apostólicos, del mismo modo en los institutos de vida consagrada y las comunidades, movimientos y asociaciones laicales del territorio arquidiocesano.
El clima de inconformismo social y la pandemia son fenómenos que evolucionan de la mano y cuyo curso y consecuencias a corto, mediano y largo plazo nadie puede todavía prever con claridad. Lo único seguro es que nos acompañaran por largo tiempo y dejaran una huella duradera en la vida de las personas y de la sociedad.
Monseñor Luis José desde el comienzo de su ministerio nos ha insistido en que el ritmo de la evangelización y de la vida de la Iglesia en Bogotá nos lo pone Dios. A través de todas las vicisitudes de la historia, Dios se manifiesta y va conduciendo providencialmente la marcha de la humanidad en su conjunto y de la Iglesia.
En un primer momento quedamos perplejos y abrigamos la expectativa de una pronta finalización de la crisis. Pero en la medida en que ésta se ha prolongado y la hemos vivido, reflexionado y decantado, nos sentimos llamados a repensar creativamente nuestra tarea evangelizadora y a continuar empeñados, en medio de las nuevas condiciones, con sus límites y oportunidades, en la misión que el Señor nos ha confiado.
Este documento, destinado a todos los animadores de la evangelización en la Arquidiócesis, pretende alentarlos en medio de las circunstancias actuales, ofrecer un conjunto de orientaciones, de criterios y de líneas de acción que nos permitan discernir el ritmo que Dios nos está marcando, para proseguir caminando unidos, por la ruta que Él nos ha venido descubriendo.
Estas orientaciones tienen tres partes: en la primera, se evoca rápidamente la crisis que estamos viviendo y sus consecuencias; en la segunda, se plantea el desafío de la evangelización en este momento de la historia y se focaliza la atención en los rasgos y actitudes que deben cultivar los evangelizadores en el contexto actual; en la tercera, se plantean algunos criterios y líneas de acción, organizados según los tres ejes fundamentales de la evangelización, contemplados en el núcleo de nuestro paradigma misionero.
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Fuente: Vicaría de Evangelización