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5-oct.-2022 miércoles de la 27.ª semana del Tiempo Ordinario

Danos la ocasión de elevar nuestra oración como le enseñaste a los discípulos

Por tantas cosas que comenzamos a vivir en este día que nos regalas te damos gracias, especialmente porque nos das la ocasión de contemplar en fe y esperanza las maravillas de tu amor. Hoy queremos pedirte que nuestra oración sea amplia y profunda como la tuya, dando honor y gloria al Padre y llevándole el torrente de las necesidades y de los afanes de cada uno de nosotros. Que como tú, Señor, en nuestras oraciones no intentemos hacer nuestra voluntad sino doblegar nuestra voluntad al designio del Padre sobre nosotros.

Danos la ocasión de elevar nuestra oración como le enseñaste a los discípulos ante todo por la gloria de tu nombre. Que tu voluntad sea nuestra voluntad; que tu gloria sea nuestra gloria; que tu reino de paz y justicia, de amor y perdón sea nuestro reino, y que constantemente crezcan entre nosotros la alegría y la disponibilidad de servicio. Que nuestra oración sea en la humildad y sencillez que tú le enseñaste a los discípulos. Amén.

Felicidades y alegrías en este miércoles, especialmente porque sabemos que la Madre del cielo nos protegerá y guiará. Madre de amor y ternura ruega por nosotros. Amén.

Reflexión del papa Francisco

Quiero subrayar esto: cuando Jesús nos enseña el "Padre nuestro" nos hace entrar en la paternidad de Dios y nos muestra el camino para entrar en un diálogo orante y directo con Él, por el camino de la confianza filial. Es un diálogo entre un padre y su hijo, el hijo con el padre. Lo que pedimos en el "Padre nuestro" ya se realiza y se nos da en el Hijo unigénito: la santificación del nombre de Dios, la llegada del Reino, el don del pan, el perdón y la liberación del mal. Al pedir, abrimos nuestro corazón para recibir. Para recibir los dones que el Padre nos mostró en su hijo.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.