Iniciar una nueva semana, contemplar el amanecer de este día, son momentos para vivir en la experiencia de tu amor. Gracias por lo que será nuestro día y nuestra semana. Bendice nuestras obras y concédenos que todo lo realizado sea hecho con amor y generosidad.
Confiamos y esperamos en Ti, creemos en Ti. No permitas que dejemos de ser tus testigos. Envíanos tu Espíritu de fortaleza para que no demos excusas poco convincentes por no mantenernos firmes por Ti. Que solamente temamos traicionarte a ti y a los hermanos y tener miedo de dar testimonio. Danos la fortaleza de sembrar el pan de la esperanza y regarlo con el vino del consuelo para que la cosecha sea abundante de amor, paz y bienestar. Hoy sea un buen día para iniciarlo con mucha fe y optimismo y ante todo con fraternidad y solidaridad. Bendícenos abundantemente en esta última semana de este mes tan hermoso en el que festejamos el amor de nuestras madres y de nuestra Madre celestial.
Feliz y alegre inicio de día y una muy feliz y santa semana bendecidos por el amor de Dios y la protección de Nuestra Madre la Virgencita.
Meditación del papa Francisco
El Espíritu Santo derramado en Pentecostés en el corazón de los discípulos es el inicio de una nueva época: la época del testimonio y de la fraternidad. Es un tiempo que viene de lo alto, de Dios, como las llamas de fuego que se posaron sobre la cabeza de cada discípulo. Era la llama del amor que quema cualquier aspereza; era el lenguaje del Evangelio que cruza las fronteras puestas por los hombres y toca los corazones de la multitud, sin distinción de lengua, raza o nacionalidad. Como ese día de Pentecostés, el Espíritu Santo se derrama continuamente hoy sobre la Iglesia y sobre cada uno de nosotros para que salgamos de nuestra mediocridad y de nuestras clausuras y comuniquemos al mundo entero el amor misericordioso del Señor. (Homilía de S.S. Francisco, 24 de mayo de 2015)