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2-nov.-2025, domingo de la 31.ª semana del T. O.

Conmemoración de los fieles difuntos: «Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque muera, vivirá» (Juan 11, 25)

Nuestro segundo día del mes de noviembre está enmarcado por ser día dedicado a ti y un día esperanzador en el que traemos con cariño el recuerdo imborrable a nuestros seres queridos familiares, parientes, amigos y bienhechores que están en la casa del padre celestial. 

Hoy tenemos ocasión para reflexionar con un sentimiento no de tristeza, sino de consuelo en el sentido de la muerte, que permanecerá siempre como un misterio y un sufrimiento. Pero, como discípulos tuyos, vivimos en fe y esperanza. Si tenemos suficiente fe, soportaremos y afrontaremos la muerte sin miedo, la acogeremos como un regreso a la casa del Padre. En nuestra fe no hay lugar para dudar de que en la muerte Tú no nos abandonarás, porque somos obra de las manos del Padre celestial, hechos a tu imagen y semejanza. Tú has muerto y resucitado por cada uno de nosotros. Dios no nos dejará perecer para siempre. En Ti tenemos la promesa de Dios de que nosotros resucitaremos también de entre los muertos para la gloria y alegría eternas. Con esta certeza y esperanza recordamos hoy a nuestros seres queridos —hermanos, cuñados, tíos, primos, abuelos y amigos— y sabemos que están gozando de tu presencia en el País de la vida, en tu Reino, donde no hay llanto ni dolor, ni tristeza, porque es la contemplación plena de tu presencia.

Gracias, Señor, por llenar nuestros corazones de esperanza y de fe colocada en tu presencia. Por eso tenemos la seguridad en tus palabras: «venid benditos de mi padre, heredad el reino preparado; porque tuve hambre y me disteis de comer, tuve sed y me disteis de beber.... Pasa al banquete de Tu Señor<». Que desde tu reino intercedan por nosotros y en ellos sigan estando las palabras del libro de la Sabiduría: «las almas de los justos están en las manos de Dios y no las afectará ningún tormento». 

Los recodamos con cariño y siempre estarán en nuestros corazones. Nos quedamos, Señor, con tus palabras que sean llenas de esperanza: «no se inquiete vuestro corazón, cree en Dios y cree también en mí, porque en la casa de mi Padre hay muchas habitaciones y voy a prepararles un lugar a fin de que donde yo esté también vosotros». 

CONCÉDELES, SEÑOR, EL DESCANSO ETERNO Y BRILLE PARA ELLOS LA LUZ PERPETUA. 

Bendecido y esperanzador domingo y feliz puente. Abrazos y bendiciones abundantes. 

ORACIÓN 

Señor, hoy, en este día en que recordamos a nuestros fieles difuntos, quiero contemplarte como aquel que se acerca con compasión al dolor humano, como lo hiciste con la viuda de Naín. Recibe, Señor, a todos nuestros hermanos difuntos en el gozo de tu Reino. Purifica sus almas con el fuego de tu amor y haz que contemplen tu rostro en la plenitud de la paz. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por Ernesto María Caro, pbro.

En este domingo celebramos la fiesta de los fieles difuntos, es decir, de todos los que, siendo discípulos del Señor, mueren, pero siempre queda latente el tema de la purificación necesaria para entrar en la gloria del Cielo. Es en este día que la Iglesia, como lo hace siempre, pide por aquellos que forman parte de su pueblo y que nosotros llamamos Iglesia purgante. Para que nuestra oración, en ese período de purificación, se acorte y todos puedan ya gozar de la plenitud del amor de Dios.

Y esto nos da pie para hacer una pequeña reflexión sobre el tema de la muerte a la que muchos le temen y no es correcto. La muerte es el momento más glorioso de un cristiano, pues es el momento de nacer a la vida nueva, a la vida que no tiene fin; morimos, como dice Jesús, de la misma forma que la semilla muere, pero esta muerte la transforma en una nueva vida, en una nueva vida que es la realidad de la vida cristiana, una realidad que no terminará nunca, pues renaceremos como Jesús para vivir eternamente con Él.

Recuerda, la Iglesia nos invita, en cada misa, a recordar que hay hermanos nuestros que necesitan de nuestra intercesión para terminar su camino de purificación. Camino que realizan en el purgatorio. Oremos por ellos, pues llegará el tiempo en que también nosotros necesitaremos de su oración. 

Pensamientos para el Evangelio de hoy (Evangeli.net)

* «¿Por qué habríamos de dudar de que nuestras ofrendas por los muertos les lleven un cierto consuelo? No dudemos, pues, en socorrer a los que han partido y en ofrecer nuestras plegarias por ellos» (san Juan Crisóstomo).

* «¡Seremos finalmente revestidos de la alegría, de la paz y del amor de Dios en modo completo, sin ningún límite, y estaremos cara a cara con Él! ¡Es bello pensar esto! Pensar en el cielo es bello. ¡Da fuerza al alma!» (Francisco)

* «La comunión con los difuntos. La Iglesia peregrina, perfectamente consciente de esta comunión de todo el Cuerpo místico de Jesucristo, desde los primeros tiempos del cristianismo, honró con gran piedad el recuerdo de los difuntos y también ofreció por ellos oraciones, pues es una idea santa y provechosa orar por los difuntos para que se vean libres de sus pecados. Nuestra oración por ellos puede no solamente ayudarles sino también hacer eficaz su intercesión en nuestro favor» (Catecismo de la Iglesia Católica, 958).

Preguntas:

¿Creo verdaderamente que la palabra de Cristo tiene poder sobre la muerte y el pecado?

Cita bíblica del día.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.