Último día laboral de nuestra semana y último día de octubre. Gracias, Señor, porque hoy abrimos nuestro corazón para reconocer lo que durante estos treintaiún días nos has regalado. Hemos tenido momentos de verdadera alegría y felicidad, también hemos encontrado noticias no tan buenas, pero sabemos cuál es el camino que tú nos vas señalando y hacia dónde nos llevas. En nuestros momentos de felicidad te dábamos gracias y en las dificultades incrementamos nuestra oración; tú nunca nos has abandonado y nuestras esperanzas nunca decayeron a pesar de los momentos difíciles. Hemos confiado plenamente en ti y nos has respondido por tu amor y tu bondad. Gracias, Señor, porque mañana iniciaremos un nuevo mes llenos de optimismo de salud y bienestar, de buenas noticias, porque contamos con la ayuda e intercesión de nuestra Madre Santísima y de todos los santos que celebraremos mañana.
Curaste a aquel hombre enfermo de hidropesía, habiendo preguntado a los fariseos si es ilícito o no curar en sábado. Tú lo hiciste por encima de todo, sin importar el día ni la hora; lo hiciste por compasión hacia ese enfermo que sufría. Ahora, Señor, que está culminando nuestra semana y nuestro mes te pedimos que en este día nuestras obras y acciones sean de verdadera caridad, Fraterna y solidaridad generosa. Amén.
Un muy feliz y compasivo fin de semana y un buen fin de mes.
Palabras del papa Francisco
Aquí están entonces los «dos caminos». El primero es el camino de quien dice: «Estoy apegado a la letra de la ley; no se puede curar el sábado; no puedo ayudar; debo ir a casa y no puedo ayudar a este enfermo». El segundo es el camino de quien se compromete a obrar de tal modo, como dice Pablo, «que vuestro amor siga creciendo más y más en penetración y en sensibilidad»: es «el camino de la caridad, del amor a la auténtica justicia que está dentro de la ley». Para ayudarnos están precisamente «estos ejemplos de cercanía de Jesús», que nos muestra cómo pasar «del amor a la plenitud de la ley».
En concreto, afirmó el Pontífice, «esta gente estaba tan apegada a la ley que había olvidado la justicia; tan apegada a la ley que había olvidado el amor». Pero «no sólo a la ley; estaban apegados a las palabras, a las letras de la ley» «el otro camino, el de estar apegados solamente a la ley, a la letra de la ley, lleva a la cerrazón, lleva al egoísmo». Y conduce «a la soberbia de sentirse justos, a esa “santidad” —entre comillas— de las apariencias». (Cf Homilía de S.S. Francisco, 31 de octubre de 2014, en Santa Marta)
Oración
Señor, hoy abro mis ojos con la certeza de que tu misericordia me sostiene, incluso cuando el mundo parece endurecido o indiferente. Tú me enseñas que el amor siempre está por encima de cualquier norma vacía, que la compasión es la verdadera ley que viene del corazón del Padre. Amén.
Reflexión del Evangelio fue escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.
La enseñanza que encontramos hoy en el Evangelio está basada en la importancia del amor y la misericordia sobre las leyes. Los judíos guardan el sábado como un día sagrado de descanso y adoración porque recuerdan el séptimo día en que Dios descansó después de la creación. Es un día que marca una pausa en la rutina diaria, permitiendo a las personas conectar con aspectos de su espiritualidad.
Jesús sabe que lo están observando, buscando cualquier excusa para señalarlo y acusarlo ante la ley. Llevado por el amor y la misericordia, Jesús realiza el milagro de sanar al hombre enfermo y sabiendo de sus intenciones, los cuestiona, con el deseo de que ellos también aprendan la enseñanza. Pero debido a la dureza de su corazón, se quedaron sin saber qué contestarle.
Jesús no se limita y actúa llevado siempre por el amor, toca el hombre con su mano y lo sana. El amor de Dios no se queda en la teoría o en la discusión legal. Actúa para aliviar el sufrimiento y liberarnos de la enfermedad. Jesús quiere que aprendamos que el verdadero culto a Dios es la atención al prójimo en necesidad.
Si alguna ley impide la ayuda, la salud o la liberación, esa ley está siendo mal entendida o mal aplicada. Antes de juzgar a alguien o a alguna situación, pregúntate: ¿qué haría Jesús en este caso? Presta atención a las necesidades de las personas a tu alrededor, especialmente aquellos que están marginados, oprimidos o enfermos.
Actúa con prontitud y sencillez para hacer el bien, incluso cuando esto signifique ir en contra del qué dirán o de un exceso de burocracia. El amor no puede esperar el momento perfecto para sanar.
Pregunta:
¿Qué me impide actuar con misericordia cuando veo el sufrimiento de los demás?
Cita bíblica del día.
"La misericordia triunfa sobre el juicio" (Santiago 2,13)
