Hoy, Señor, al amanecer te damos gracias por todo lo que recibimos y recibiremos. Gracias por la vida, por darnos alegría y llenar nuestros corazones de esperanza en esta jornada que estamos iniciando, el tercer día de la Novena de Navidad.
El primer regalo que nos das es la vida y el segundo regalo será el amor para compartir con nuestros hermanos. Gracias, Señor, por darnos la ocasión de poder amar y servir.
Nuestra oración de hoy, en María nuestra Madre, se transforma en un mandamiento nuevo de contemplación, de quietud y silencio, de bendición y gloria a Ti que haces maravillas en favor de nosotros. En este tercer día de nuestro caminar hacia tu encuentro ayúdanos a ser obedientes y a confiar plenamente en Ti. Hoy resaltamos el ejemplo y testimonio de vida de san José, que hizo lo que el ángel le había ordenado, que acogió a la Virgen y juntos esperaron tu llegada. José nos enseñe a seguir el camino confiando en Dios y aceptando que se haga en nosotros tu voluntad. En la humildad, el silencio, la sencillez y la obediencia de san José caminamos a tu encuentro y sentimos el gozo y la alegría de tu presencia en medio de nosotros.
Bendícenos, guárdanos y protégenos para seguir llenando nuestros corazones de esperanza. Amén.
Feliz y santificado miércoles de novena.
“¿Adónde caminas, oh virgen, tan presurosa y alegre?
A visitar a Isabel a quien Dios ha bendecido;
llevo conmigo al Mesías en quien mi esperanza se funda,
con Él la colina se aplana y el abismo es henchido.
Vamos contigo María, peregrina de Esperanza,
pues nos alienta Jesús, cáliz de la nueva alianza.
Oh, rey que del cielo bajas y a caminar nos impulsas,
fortalece nuestros pasos para seguir sin excusas”.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
* «Oíste, Virgen, que concebirás y darás a luz a un hijo; oíste que no será por obra de varón, sino por obra del Espíritu Santo. Mira que el ángel aguarda tu respuesta. Se pone entre tus manos el precio de nuestra salvación; en seguida seremos librados si consientes» (san Bernardo).
* «Dejémonos “contagiar” por el silencio de san José. ¡Nos es muy necesario! En este tiempo de preparación para la Navidad cultivemos el recogimiento interior» (Benedicto XVI).
* «Los relatos evangélicos presentan la concepción virginal como una obra divina que sobrepasa toda comprensión y toda posibilidad humanas: ‘Lo concebido en ella viene del Espíritu Santo’, dice el ángel a José a propósito de María, su desposada (Mt 1,20). La Iglesia ve en ello el cumplimiento de la promesa divina hecha por el profeta Isaías: ‘He aquí que la virgen concebirá y dará a luz un Hijo’ (Is 7,14)» (Catecismo de la Iglesia Católica, n.º 497).