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1-ago.-2025, viernes de la 17.ª semana del T. O.

Concédeme un corazón humilde y abierto a tu presencia. Hazme confiar en que puedes obrar poderosamente en mi vida a través de lo cotidiano.

Al término de la semana laboral e iniciando este mes que nos regalas, nos ponemos en tus manos y respondemos: «aquí estoy Señor, para hacer tu voluntad». Como discípulos de tu amor, queremos ser portadores de ilusiones y de esperanzas. 

En el libro del Levítico, hoy nos das motivos de alegría por las fiestas que el Padre celestial instituyó como motivo de descanso y alegría. Permítenos celebrar fiestas en honor de tu nombre como momentos de intenso encuentro contigo y con nuestros hermanos. Haz que nuestra vida se contagie de alegría y de felicidad para que así contagiemos a nuestros hermanos y vivamos en verdadera armonía y unidad. Nuestros sentimientos sean de confianza plena en Ti, y no seamos como tus paisanos, que cayeron en incredulidad quizá por ignorancia o por egoísmo. Nosotros creemos en Ti, confiamos en Ti, y esperamos en Ti. La alegría que experimentaste en aquella ocasión para llegar a los tuyos hoy queremos sentirla nosotros y de saber que estás en nuestros corazones, que nos muestras el camino del amor y la entrega. 

En este mes en recordaremos algunos de nuestros santos, y sobre todo celebraremos a nuestra madre santísima en dos advocaciones especiales: La Asunción y María Reina. También recordaremos en este mes a todos nuestros santos, que son testimonio de amor de entrega y fidelidad a tu santo Nombre. Bendícenos abundantemente. Amén.

San Alfonso María de Ligorio fue obispo y doctor de la Iglesia, nacido en Nápoles, en 1696 fue considerado un niño prodigio por la facilidad con las que aprendía los idiomas, las ciencias, el arte y la música; a los 19 años ya era un abogado famoso, a los 36 años fundó la congregación del Santísimo Redentor, escribió las glorias de María y la teología moral y murió en 1787. San Alfonso interceda por nosotros. 

Feliz y bendecido viernes y esperanzador, inicio de mes. 

Oración de preparación

Señor, hoy, tu Palabra me recuerda cómo en tu tierra, entre los que creían conocerte mejor, fuiste rechazado por la dureza de sus corazones. ¡Cuántas veces, por juzgar con prejuicios, no te he reconocido en lo sencillo, en lo cercano! Concédeme un corazón humilde y abierto a tu presencia. Hazme confiar en que puedes obrar poderosamente en mi vida a través de lo cotidiano. Amén

Palabra del Papa

Es la seducción. El diablo casi habla como si fuera un maestro espiritual. Y cuando es rechazado, entonces crece: crece y se vuelve más fuerte. Jesús lo dice, cuando el demonio es rechazado, gira y busca algunos compañeros y con esta banda, vuelve. Crece involucrando a otros. Ha sucedido con Jesús, el demonio involucra a sus enemigos. Y lo que parecía un hilo de agua, un pequeño hilo de agua, tranquilo, se convierte en marea. Cuando Jesús predica en la Sinagoga, enseguida sus enemigos lo menosprecian diciendo: pero ¡este es el hijo de José, el carpintero, el hijo de María! ¡Nunca ha ido a la universidad! ¿Pero con qué autoridad habla? ¡No ha estudiado! La tentación ha involucrado a todos contra Jesús…Estemos atentos cuando en nuestro corazón, sintamos algo que terminará por destruir a las personas. (Cf. Homilía de S.S. Francisco, 11 de abril de 2014, en Santa Marta).

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.