¡Y salimos testigos de la Misericordia!
Dos mil personas cantando a un solo corazón: Hoy salimos testigos de la Misericordia. Nadie se pudo resistir a ser parte ese sentimiento. Eran los miembros de los EPEM y COPAE, fieles laicos parroquianos, comprometidos en la evangelización de sus propias comunidades y en la administración de los bienes parroquiales. Estos equipos asistieron acompañados de sus párrocos y de los sacerdotes y diáconos adscritos a cada parroquia.
Los organizadores de los eventos paralelos (en santa Isabel de Hungría se reunieron las vicarías del sur de Bogotá) se ocuparon de un acertado y eficiente desarrollo que constó de cantos, testimonios, eucaristía y envío.
La importancia de este evento arquidiocesano radica en el impulso misionero que ha de darse a cada parroquia para salir a evangelizar, para llegar a todos los hermanos, para llevar el rostro misericordioso de Dios a todas las periferias y ser sus testigos.
Algunos miembros de los equipos y párrocos dieron su testimonio a El Catolicismo:
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