Pasar al contenido principal
Noticias

Santos de hoy: Santa Potenciana

San Crescente, San Telmo Confesor, San Abundio de Roma, San Marón de Piceno, San Ortario de Landelles, San Paterno de Scissy, San Pausilipo, San Teodoro

El contexto barroco del siglo XVII en que tiene lugar la oficialización del culto a Santa Potenciana impregna todo el proceso; la euforia vindicatoria de santos locales se deja sentir, con más o menos pasión, en los historiadores que trataron, y tratan, estos temas. Por todo ello, a veces, la objetividad y la mesura se resienten, y son inevitables las adherencias efectistas y las distorsiones apasionadas en la interpretación de los hechos históricos. De la misma manera que en la arquitectura y manifestaciones plásticas del arte barroco la profusión de elementos ornamentales tapa la simplicidad elemental de las líneas arquitectónicas, en la historiografía barroca el afán excesivo de aditamentos, con más afán de exorno que de rigor, oscurece más que aclara la realidad histórica.

Así surgieron algunos anacronismos y extrapolaciones históricas que se fueron trasmitiendo de autor en autor y, a nivel popular, de generación en generación. Y lo curioso de todo es que tales mixtificaciones históricas han llegado por inercia hasta nuestros días, y algunos pusilánimes las consideren incuestionables hasta el punto de tachar de irreverentes a quienes las pongan en duda. Como si el hecho de intentar esclarecer estos aditamentos fuese en merma del hecho esencial: la realidad histórica de una santa mujer de Villanueva. Ni antigüedades, ni prosapias remotas, ni torturas, ni martirios necesitaba la fama de virtud y santidad de aquella sencilla mujer… ni mucho menos los parentescos disparatados que a nivel popular se le atribuyen.

A modo de conclusión a este intento de aproximación histórica, podemos decir que Santa Potenciana fue una sencilla mujer que vivió pobremente ejerciendo el oficio de tejedora, haciendo vida eremítica recluida en un aposento junto a la iglesia de los Santos. Vivió y murió con fama de santidad hacia los siglos XV ó XVI y fue enterrada en dicha iglesia. Por sus virtudes mereció el aprecio, respeto y veneración de las gentes de Villanueva y comarca, fue objeto de culto popular y su memoria e invocación reconfortaba a las gentes humildes en sus tribulaciones y enfermedades. Una mujer sencilla, laboriosa y piadosa. Como en todas las cosas auténticas, en esa sencillez creemos que está su grandeza.

La incuria del tiempo y los avatares históricos borraron y oscurecieron los detalles de la vida de esta virtuosa mujer hasta dejarla reducida a indicios. Su memoria, su testimonio de vida y virtud han sido el gran legado espiritual a Villanueva; su mensaje sigue vigente, quizás más vigente que nunca en estos tiempos que corren. La vida austera y humilde, la labor manual callada, el amor a la obra bien hecha, la vida interior de oración, meditación y reflexión sobre la futilidad de la mayoría de las cosas, ponen el contrapunto a la vorágine de esta vida actual, en la que, con frecuencia, se pierden la cabeza y los valores.”