Fiesta de Pentecostés, las generalidades y su celebración
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El origen de la celebración de Pentecostés se remonta a los tiempos de Jesús. Después de 50 días de la Pascua, los hebreos ofrecían a Dios dos panes hechos con trigo recién cosechado. Con esta festividad, recordaban cómo, como pueblo de Dios, vagaban por el desierto sin tener un lugar donde sembrar o cosechar su propio pan. Pero Dios les dio la tierra prometida y desde entonces nunca les faltó comida. Ellos mismos sembraban, cosechaban y molían el trigo para hacer su pan. ¡No dependían de nadie, solo de Dios! Por esta razón, en la celebración de Pentecostés, agradecían a Dios por haber cumplido su promesa de darles esa tierra buena y espaciosa donde nunca les faltaría comida.
Según el libro de los Hechos de los Apóstoles, en el capítulo 2, versículos del 1 al 11, en el día de Pentecostés, todos los discípulos estaban reunidos en un mismo lugar cuando de repente se escuchó un gran ruido que venía del cielo, resonando por toda la casa donde se encontraban. En ese momento, aparecieron lenguas de fuego que se distribuyeron y se posaron sobre ellos. Todos se llenaron del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otros idiomas, según el Espíritu los guiaba. En aquellos días, había judíos devotos en Jerusalén, provenientes de todas partes del mundo. Al escuchar el ruido, acudieron en gran número y quedaron desconcertados, ya que cada uno los escuchaba hablar en su propio idioma. Asombrados y admirados, se preguntaban: "¿No son todos estos que están hablando galileos? ¿Cómo es posible que los escuchemos hablar en nuestra lengua materna?" Cada uno los escuchaba hablar de las maravillas de Dios en su propio idioma.
Pentecostés, que significa "cincuenta" en griego, hace referencia al número de días transcurridos después de la Pascua. Los hebreos contaban siete semanas más un día para celebrar esta fiesta. Con Jesús, esta celebración adquirió un nuevo significado para los cristianos, ya que en este día el Espíritu Santo descendió sobre los apóstoles, marcando el nacimiento de la Iglesia Católica. Pentecostés no solo es un recuerdo de ese evento, sino que sigue presente en la Iglesia actual, uniendo a los fieles, iluminando al Papa y a los obispos, santificando y actuando a través de los Sacramentos para que los creyentes vivan con valentía lo enseñado por Jesús. Se mantiene presente cuando los fieles elevan oraciones a Dios, cuando realizan buenas acciones y forman comunidad, cuando leen la Biblia en comunión con la Iglesia que la custodia, cuando estudian y practican la doctrina cristiana, cuando proclaman la Buena Nueva.
Algunas características de la celebración:
- Durante las Misas se leen pasajes de la Biblia que resaltan la acción del Espíritu Santo y se destaca la importancia de la comunión en Cristo.
- Uno de los símbolos litúrgicos más significativos de esta festividad es el uso de vestimentas sacerdotales de color rojo para representar el fuego del Espíritu Santo, que, como fuego, penetra hasta lo más profundo del ser humano.
- En este día se recita la invocación al Espíritu Santo a través de la secuencia "Veni, Sancte Spiritus" (Ven Espíritu Santo).
- Además de la novena de oración (que comienza después de la Ascensión de Jesús a los cielos) son habituales las Vigilias de Pentecostés que se llevan a cabo en las Iglesias para reunir a los discípulos de Jesús en espera del Espíritu Santo, en un ambiente de gozo y alegría por la Resurrección.
- Los fieles se congregan en esta festividad, como comunidad, para orar juntos, como una sola familia, con un solo corazón, renovando su compromiso evangelizador, dispuestos a proclamar a Jesús, quien, habiendo muerto, ha resucitado, y nos envía como testigos, fortalecidos con sus dones.