Pasar al contenido principal
Noticias

Exaltación de la Santa Cruz

San Felipe apóstol, Santiago el Menor apóstol, San Alejandro I papa, San Ansfrido, San Conleto, San Juvenal de Narni, Santa Maura de Antinoe, San Pedro de Argo, San…

La cruz es el símbolo del cristiano, que nos enseña cuál es nuestra auténtica vocación como seres humanos.

Cristo reasume los sufrimientos del mundo a través de la Cruz, pero es sobre todo signo tangible del amor, medida de la bondad de Dios hacia el hombre. En este lugar también nosotros estamos llamados a recuperar la dimensión sobrenatural de la vida, a elevar los ojos de aquello que es contingente, para volver a confiarnos completamente al Señor, con el corazón libre y en perfecto gozo, contemplando el Crucifijo para que nos hable con su amor. 

Cómo surgió la celebración a la Santa Cruz 

Cuenta el historiador Eusebio de Cesarea que el general Constantino, hijo de Santa Elena, era pagano pero respetaba a los cristianos. Y que teniendo que presentar una terrible batalla contra el perseguidor Majencio, jefe de Roma, en el año 311, la noche anterior a la batalla tuvo un sueño en el cual vio una cruz luminosa en los aires y oyó una voz que le decía: "Con este signo vencerás", y que al empezar la batalla mandó colocar la cruz en varias banderas de los batallones y que exclamó: "Confío en Cristo en quien cree mi madre Elena". Y la victoria fue total. Y Constantino llegó a ser Emperador y decretó la libertad para los cristianos, que por tres siglos venían siendo muy perseguidos por los gobernantes paganos.

Escritores sumamente antiguos como Rufino, Zozemeno, San Crisóstomo y San Ambrosio, cuentan que santa Elena, la madre del Emperador, pidió permiso a su hijo Constantino para ir a buscar en Jerusalén la cruz en la cual murió Jesús. Después de muchas y muy profundas excavaciones se encontraron tres cruces. Como no se podía distinguir cuál era la cruz que de Jesús, llevaron a una mujer agonizante. Al tocarla con la primera cruz, la enferma se agravó, al tocarla con la segunda, quedó igual de enferma de lo que estaba antes, pero al tocarla con la tercera cruz, la enferma recuperó instantáneamente la salud.

Fue así como Santa Elena, y el obispo de Jerusalén, Macario, y miles de devotos llevaron la cruz en piadosa procesión por las calles de Jerusalén. Y que por el camino se encontraron con una mujer viuda que llevaba a su hijo muerto a enterrar y que acercaron la Santa Cruz al muerto y éste resucitó. 

Por muchos siglos se ha celebrado en Jerusalén y en muchísimos sitios del mundo entero, la fiesta del hallazgo de la Santa Cruz, el día 3 de mayo. 

Recordemos algunas de las palabras del papa Francisco sobre la meditación de la Cruz en la JMJ 2013 

“Con la cruz, Jesús se une al silencio de las víctimas de la violencia, que ya pueden gritar, sobre todo los inocentes y los indefensos; con la Cruz, Jesús se une a las familias que se encuentran en dificultad, y que lloran la trágica pérdida de sus hijos…Con la cruz Jesús se une a todas las personas que sufren hambre, en un mundo que, por otro lado, se permite el lujo de tirar cada día toneladas de alimentos. Con la cruz, Jesús está junto a tantas madres y padres que sufren al ver a sus hijos víctimas de paraísos artificiales, como la droga”.

«Con la cruz, Jesús se une a quien es perseguido por su religión, por sus ideas, o simplemente por el color de su piel; en la cruz, Jesús está junto a tantos jóvenes que han perdido su confianza en las instituciones políticas porque ven el egoísmo y corrupción, o que han perdido su fe en la Iglesia, e incluso en Dios, por la incoherencia de los cristianos y de los ministros del Evangelio. ¡Cuánto hacen sufrir a Jesús nuestras incoherencias!».

  «En la Cruz de Cristo, está el sufrimiento, el pecado del hombre, también el nuestro, y Él acoge todo con los brazos abiertos, carga sobre su espalda nuestras cruces y nos dice: ¡Ánimo! No la llevas tú solo. Yo la llevo contigo y yo he vencido a la muerte y he venido a darte esperanza, a darte vida».