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VIGÉSIMO SEXTO  DOMINGO DEL TIEMPO ORDINARIO - CICLO B (SEPTIEMBRE 26 DE 2021)

MONICIÓN DE ENTRADA

En el domingo, Día del Señor, nos reunimos, hermanos, para celebrar la Santa Eucaristía, correspondiente al vigésimo sexto domingo del tiempo ordinario.

Hoy la palabra nos anima a introducirnos en los misterios insondables del Espíritu Santo, que obra de maneras a veces inesperadas y sorprendentes.

Seducidos por ese Espíritu, nos animamos unos a otros para celebrar con mucho entusiasmo estos misterios, cantando todos. De pie por favor...

 

MONICION ÚNICA PARA TODAS LAS LECTURAS

En el evangelio de este domingo vemos cómo la misericordia de Dios se hace presente fuera de los límites del grupo de los discípulos. Similar es el planteamiento que encontramos en el texto de Números. Además, los textos de este domingo contienen un mensaje de exigencia personal: es necesario arrancar del corazón humano toda sombra de pecado, dice Jesús en el evangelio; y, leemos en el pasaje de la carta de Santiago, hay que vivir siendo conscientes de que el Reino está próximo. Escuchemos atentos.

 

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Números (11,25-29)


El Señor bajó en la nube y habló a Moisés; tomó parte del espíritu que había en él y se lo pasó a los setenta ancianos. Cuando el espíritu de Moisés se posó sobre ellos, comenzaron a profetizar, pero esto no volvió a repetirse. Dos de ellos se habían quedado en el campamento, uno se llamaba Eldad y otro Medad. Aunque estaban entre los elegidos, no habían acudido a la tienda. Pero el espíritu vino también sobre ellos y se pusieron a profetizar en el campamento.

Un muchacho corrió a decir a Moisés: «Eldad y Medad están profetizando en el campamento.»

Josué, hijo de Nun, ayudante de Moisés desde joven, intervino diciendo: «¡Señor mío, Moisés, prohíbeselo!»

Moisés replicó: «¿Tienes celos por mí? ¡Ojalá que todo el pueblo profetizara y el Señor infundiera en todos su espíritu!»

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La ley del Señor es perfecta
y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye al ignorante.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

La voluntad del Señor es pura
y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Aunque tu siervo vigila
para guardarlos con cuidado,
¿quién conoce sus faltas?
Absuélveme de lo que se me oculta.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.

Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré libre e inocente
del gran pecado.

Los mandatos del Señor son rectos y alegran el corazón.
 

SEGUNDA LECTURA

Lectura de la carta de Santiago (5,1-6

Vosotros los ricos, gemid y llorad ante las desgracias que se os avecinan. Vuestra riqueza está podrida y vuestros vestidos son pasto de la polilla. Vuestro oro y vuestra plata están oxidados y este óxido será un testimonio contra vosotros y corroerá vuestras carnes como fuego. ¿Para qué amontonar riquezas si estamos en los últimos días? Mirad, el jornal de los obreros que segaron vuestros campos y ha sido retenido por vosotros está clamando y los gritos de los segadores están llegando a oídos del Señor todopoderoso. En la tierra habéis vivido lujosamente y os habéis entregado al placer; con ello habéis engordado para el día de la matanza. Habéis condenado, habéis asesinado al inocente, y ya no os ofrece resistencia

Palabra de Dios.

 

EVANGELIO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (9,38-43.45.47-48)


En aquel tiempo, Juan dijo a Jesús: «Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu nombre y se lo hemos prohibido, porque no es de nuestro grupo.»

Jesús replicó: «No se lo prohibáis, porque nadie que haga un milagro en mi nombre puede luego hablar mal de mí. Pues el que no está contra nosotros está a favor nuestro. Os aseguro que el que os dé a beber un vaso de agua porque sois del Mesías no quedará sin recompensa. Al que sea ocasión de pecado para uno de estos pequeños que creen en mí, más le valdría que le colgaran del cuello una piedra de molino y lo echaran al mar. Y si tu mano es ocasión de pecado para ti, córtatela. Más te vale entrar manco en la vida, que ir con las dos manos al fuego eterno que no se extingue. Y si tu pie es ocasión de pecado para ti, córtatelo. Más te vale entrar cojo en la vida, que ser arrojado con los dos pies al fuego eterno. Y si tu ojo es ocasión de pecado para ti, sácatelo. Más te vale entrar tuerto en el reino de Dios que ser arrojado con los dos ojos al fuego eterno, donde el gusano que roe no muere y el fuego no se extingue.»

Palabra del Señor.

 

HOMILIA

En el evangelio de hoy Jesús nos enseña a estar abierto al bien y a la tolerancia para promover “la cultura del encuentro” y del dialogo que tanto necesita nuestra sociedad, hoy. Alegrémonos de que se haga el bien y las buenas obras, aunque no se nos haya ocurrido a nosotros sino a personas de buena voluntad que anhelan un mundo mejor para todos. 

La liturgia de la palabra en este día nos invita a la «cultura del nosotros». La humanidad no es un conjunto de individuos aislados». Toda la persona es mi «prójimo» que necesita de una mano amiga y solidaria.

Por tanto, en este domingo, el Maestro de Nazaret, nos propone a vivir como Él al servicio del reino de Dios, haciendo la vida de las personas más humana, más digna y dichosa, para seguir construyendo una Iglesia verdaderamente fraterna y empática, movido por su espíritu que busca el bien de todos sus hijos, en especial de los más necesitados.

 

ORACIÓN DE FIELES

Oremos, hermanos, a Dios nuestro Padre, para que escuche las oraciones de los que nos reunimos en el nombre de Jesús y digamos todos:

«Señor, escucha nuestra oración»

  1. Por la Santa Iglesia de Dios, para que anuncie sin cesar el Evangelio de salvación a los hombres y sea congregada en la unidad. Oremos.
  2. Por los gobernantes de las naciones, para que promuevan siempre leyes en el respeto de la dignidad de la persona humana y del bien común. Oremos.
  3. Por los pobres y más necesitados, para que descubran que la Buena Nueva de Cristo va dirigida especialmente a ellos y la acepten con alegría. Oremos.
  4. Por todos nosotros aquí presentes y por todos los fieles en Cristo, para que podamos redescubrir la belleza de la escucha de la Palabra de Dios, fiesta para el corazón y luz en el camino. Oremos.

 

EXHORTACIÓN FINAL

Padre, haz nuestro amor tan generoso y magnánimo como el amor que tú nos has

mostrado en Cristo Jesús. Que tu Espíritu nos abra a todos. Te lo pedimos por el mismo

Jesucristo nuestro Señor. Amén.

Amén.