MONICIÓN DE ENTRADA
Hoy el Señor nos invita a celebrar la eucaristía de una manera muy particular. Como antesala, te presenta la palabra que quiere movernos a definir nuestra vida de cristiano. Sin rodeo te pide que lo sigas y cambies tus prioridades, ayudando a tu prójimo, para que te acerques más a lo que Dios quiere de ti. Acepta esta invitación a ser diferente. De pie para recibir al celebrante con el cántico de entrada.
MONICIÓN PRIMERA LECTURA: Jeremías 20, 7-9
La palabra del Señor se volvió oprobio para mí
Desde muy joven, Jeremías tuvo la encomienda de anunciarle a su pueblo la violencia y destrucción que sufrirían por desobedecer a Dios. Se lamenta porque no le hacen caso y se burlan de el. Su expresión de hoy también aplica a nosotros y nos invita a que actuemos diferentes y aceptemos su mensaje de conversión ante el llamado de Cristo.
Lectura del libro de Jeremías
Me sedujiste, Señor, y me dejé seducir; has sido más fuerte que yo y me has podido.
He sido a diario el hazmerreír, todo el mundo se burlaba de mí.
Cuando hablo, tengo que gritar, proclamar violencia y destrucción.
La palabra del Señor me ha servido de oprobio y desprecio a diario.
Pensé en olvidarme del asunto y dije:
«No lo recordaré; no volveré a hablar en su nombre»; pero había en mis entrañas como fuego, algo ardiente encerrado en mis huesos. Yo intentaba sofocarlo, y no podía.
Palabra de Dios.
SALMO RESPONSORIAL
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Oh, Dios, tú eres mi Dios,
por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
Porque fuiste mi auxilio,
y a la sombra de tus alas canto con júbilo;
mi alma está unida a ti,
y tu diestra me sostiene.
Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios mío.
MONICIÓN SEGUNDA LECTURA: Romanos 12, 1-2
Ofrézcanse ustedes mismos como sacrificio vivo
San Pablo, nuevamente, nos ofrece otra alternativa para vivir en Cristo. Es una invitación a realizar algo distinto que nos producirá una renovación a la vida de cristiano que llevamos. Acepta la exhortación del apóstol y empieza a vivir de forma diferente de la mano de Jesús.
Lectura de la carta del apóstol san Pablo a los Romanos
Os exhorto, hermanos, por la misericordia de Dios, a que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo, santo, agradable a Dios; este es vuestro culto espiritual.
Y no os amoldéis a este mundo, sino transformaos por la renovación de la mente, para que sepáis discernir cuál es la voluntad de Dios, qué es lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto.
Palabra de Dios.
MONICIÓN AL EVANGELIO: Mateo 16, 21-27
El que quiero venir conmigo, niéguese a sí mismo
Escucharemos un conocido texto del evangelista Mateo donde Jesús afirma su presencia en medio de los que oran y del grupo que se congrega en su nombre. Cada vez que nos reunimos los cristianos Jesús está entre nosotros, presencia que ha de transformar nuestras asambleas y comunidades y nuestras vidas.
Lectura del santo evangelio según san Mateo
En aquel tiempo, comenzó Jesús a manifestar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo:
«¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte».
Jesús se volvió y dijo a Pedro:
«Ponte detrás de mí, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo, porque tú piensas como los hombres, no como Dios».
Entonces dijo a los discípulos:
«Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz y me siga.
Porque quien quiera salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí, la encontrará.
¿Pues de qué le servirá a un hombre ganar el mundo entero, si pierde su alma? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del hombre vendrá, con la gloria de su Padre, entre sus ángeles, y entonces pagará a cada uno según su conducta.
Palabra del Señor.
HOMILÍA
Según el Doctor Fred Craddock, gran teólogo y excelente predicador, hay dos clases de sermones que a los fieles no les gustan: los malos sermones y los buenos sermones. Y de estas dos clases de sermones los que los feligreses no quieren escuchar son los buenos sermones.
Esta afirmación, por sorprendente que se nos antoje, si le damos mente, caeremos en la cuenta de que encierra una gran verdad y mucha sabiduría.
Estarán de acuerdo conmigo que Jesús fue mejor predicador que los Papas Benedicto y Francisco y sin embargo no llenó ninguna plaza, sólo un día, el domingo de Ramos, montado en su papamóvil, recibió el fervor de la multitud.
Su primer sermón en la sinagoga de su pueblo, Nazaret, fue un fracaso total y antes de que terminara su sermón, todos a una, intentaron despeñarlo. No quisieron escuchar un buen sermón. Les dijo que ser judío es una gracia, un gran privilegio, pero que de nada sirve si no están conectados íntimamente con Dios, si no están abiertos a la nueva presencia de Dios en el que está lleno del Espíritu de Dios.
En el evangelio que acabamos de proclamar Jesús predica un buen sermón a sus apóstoles. Les anuncia las tres cosas que tenía que hacer: TENGO QUE IR A JERUSALÉN. TENGO QUE SUFRIR Y SER EJECUTADO. TENGO QUE RESUCITAR AL TERCER DÍA.
Más que de un sermón se trata de una profecía.
La reacción de Pedro fue violenta. Comprendió el mensaje pero se negó a aceptarlo e increpó al predicador porque no le gustó el sermón. Pedro se sublevó. No quería seguir a un Mesías fracasado. El Mesías que el proclamó el domingo pasado era un Mesías victorioso, triunfador, galáctico. No quería oír sermones trágicos, por buenos que fueran. Su plan era mucho mejor que el plan de Dios.
El escándalo de la cruz sigue escandalizando a los cristianos de todos los tiempos.
Pedro recibió la mayor reprimenda de su vida: tú eres Satanás, piensas como los hombres no como Dios.
Pedro, más que una roca, es un obstáculo en el camino de Jesús. Pedro, la Iglesia y los hombres buscamos satisfacer más nuestras ambiciones que someternos a la voluntad de Dios. Todos somos, en muchas ocasiones, obstáculos en el anuncio del evangelio de Jesús, no por nuestras ideas y sermones sino por nuestra manera de vivir.
Todos somos obstáculo en el camino de Jesús cuando elegimos el poder en lugar del servicio, cuando adoramos más el dinero que la sencillez, cuando nos preocupa más nuestra salud que la salud de los demás, cuando guardar la vida es más importante que darla gratis como la dio el mejor predicador del mundo.
Los cristianos nos contentamos con la “gracia barata” que compramos en el supermercado de la iglesia.
Yo puedo ir a la Romareda a ver el partido de fútbol, pero no por eso puedo presumir de ser un futbolista. Yo puedo, si el tiempo y las circunstancias lo permiten, ir al templo los domingos, pero no por eso puedo presumir de ser un cristiano. La gracia barata dice Bonhoeffer es gracia sin seguimiento de Jesús, sin cruz, sin Jesucristo vivo y encarnado.
Los predicadores del “evangelio de la prosperidad” reducen el mensaje de Jesús a tres adjetivos: “God wants you to be healthy, wealthy and avise”. “DIOS QUIERE QUE USTED SEA "SANO, RICO E INTELIGENTE”.
Los hombres, pequeños Satanás, tendemos a suavizarlo todo, a eliminar las aristas, siempre estamos de rebajas. Somos la generación del okay, todo está bien, todo tiene que ser a nuestra medida.
La receta de Jesús se nos antoja dura si no contamos con El: “EL QUE QUIERA VENIRSE CONMIGO QUE SE NIEGUE A SÍ MISMO, CARGUE CON SU CRUZ Y ME SIGA”. Dios no quiere migajas, nos quiere enteros, comprometidos con su causa y la causa de los hermanos que sufren.
Un cerdo y una gallina en su paseo matinal pasan delante de una iglesia donde se servía un desayuno de huevos y beicon. ¿Qué te parece si entramos?, pregunta la gallina. El cerdo dice: No sé, creo que mejor no. Para ti es sólo una pequeña donación, pero para mí es una donación total.
La inmensa mayoría de los cristianos nos contentamos con una pequeña donación, la ofrenda de un poco tiempo el domingo, pocos son los que entregan su vida, toda su vida, donación total, como auténticos seguidores Jesús.
ORACIÓN UNIVERSAL
A cada petición contestaremos:
“Acepto tu voluntad, Señor”
- Por la Iglesia, el Papa Francisco, los obispos, presbíteros, y diáconos religiosos y religiosas, para que lleven el mensaje de salvación a todos lo, pueblos. Oremos...
- Por los gobernantes de todas las naciones, para que ellos también sientan el llamado cristiano y actúen con justicia con sus pueblos. Oremos...
- Por los enfermos, los marginados, los ancianos, para que el Señor toque la fibra interna de nuestro corazón y nos estimule a ayudar a los más necesitados. Oremos...
- A ti que compartes este momento de recogimiento en el Espíritu, para que escuches el llamado de Cristo y des ese primer paso al frente. Oremos...
EXHORTACIÓN FINAL
Te bendecimos, Padre, porque Cristo nos llama hoy a todos
A su seguimiento mediante una ascesis alegre y liberadora.
Jesús mismo nos precedió y nos mostró con su ejemplo que la vida
Brota pujante de la abnegación, la renuncia, la cruz y la muerte.
Así somos invitados por Jesús a participar en su destino.
Tú, Señor, nos quieres libres para amar sin medida.
Concédenos Seguir a Cristo incondicionalmente en todo momento,
Sin claudicar ante la dificultad y la incomprensión.
Ayúdanos a hacer nuestros sus criterios y actitudes
Para asimilar y vivir alegres el espíritu de las bienaventuranzas,
Y poder participar un día de su condición gloriosa.
Amén.