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La Iglesia continúa la misión evangelizadora de Jesús

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La Iglesia continúa la misión evangelizadora de Jesús

 

En el evangelio de la misa de este domingo (Marcos 16, 15-20) se pueden diferenciar tres partes, en la primera tenemos el mandato de evangelizar que Jesús traspasa a sus discípulos, en la segunda se refieren los signos que acompañan la evangelización y en la tercera se narra la asunción (sí, la asunción) del Señor Jesús al cielo. Veamos cada parte.

a. El traspaso de la misión

La narración del evangelio según san Marcos comenzó a contarnos la historia de Jesús presentándolo como evangelizador: «Después de que Juan fue entregado, Jesús se marchó a Galilea a proclamar el Evangelio de Dios» (Marcos 1, 14), la historia que nos cuenta el evangelista a lo largo de toda su obra es el desarrollo de esta presentación inicial.

Ahora, después de su resurrección, el Señor traspasa esta misión a los discípulos y le señala un alcance universal: «Vayan al mundo entero y proclamen el Evangelio a toda la creación». La misión tiene como destinatario toda la humanidad.

Los hombres, por su parte, tendrán que definirse ante el Evangelio creyendo o no creyendo. Creer significa acoger el Evangelio. Acoger la palabra del Evangelio, en el sentido bíblico, implica convertirse, esto es, orientar la vida según el proyecto de Dios; no hay acogida del Evangelio sin conversión. La conversión conduce al bautismo, y éste es el inicio de una existencia nueva.

No creer quiere decir no asumir el proyecto expresado en el Evangelio, rechazar el plan de Dios, y con ello autoexcluirse de la comunidad de salvación.

b. Los signos de la presencia de Jesús en los discípulos

La segunda pate del evangelio de la misa de este domingo refiere los signos que acompañan a los evangelizadores; estos signos dejan ver que el Señor obra conjuntamente con sus discípulos haciendo presente el Reino de Dios entre los hombres.

Quizá hoy deberíamos comprender estos signos más que como la espectacularidad de contorciones de endemoniados o fenómenos de glosolalia, como la manera en que hombres y mujeres en comunión profunda de caridad con Cristo crean en sus hermanos condiciones de libertad para responder a Dios, la forma como discípulos de Jesús son luz para el mundo.

Hablar nuevas lenguas bien puede ser comprendido como la manera de hacer significativo el Evangelio para los hombres y mujeres de nuestra cultura posmoderna.

c. Jesús fue llevado al cielo

Finalmente, en la tercera parte del evangelio de este día se narra brevemente la asunción del Señor Jesús: «Después de hablarles, el Señor Jesús fue llevado al cielo y se sentó a la derecha de Dios», pero esta ausencia no implica abandono, pues el Señor coopera con la actividad evangelizadora de los discípulos, obrando a través de ellos las condiciones de liberación para llegar a creer.