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Fiesta patronal

feligreses de nuestra señora de Torcoroma

El 16 de agosto celebramos a la Virgen Ocañera en Bogotá. Después de la misa solemne de las 6 p.m. hubo bailes folclóricos y un compartir entre los asistentes.

Recordamos la historia de esta manifestación Mariana. 

De acuerdo con documentos de varios cronistas y testimonios  que reposan en la academia de historia de Ocaña y en especial el folleto escrito en 1788, titulado “Reseña histórica de la aparición de Nuestra Señora de la Concepción en el monte de Torcoroma en Ocaña, municipio del Norte de Santander”, resumimos la siguiente historia de la aparición de la Virgen de Torcoroma.

En los años de 1700 vivía en la comarca un mestizo, hombre de buena vida, llamado Cristóbal Melo casado con Pascuala Rodríguez, tuvieron dos hijos José y Felipe;  tenía  allí cerca un trapiche y hacienda corta, en que personalmente trabajaba en el cultivo de caña. Corría el año de 1709 y requiriendo   una caja o canoa para sazonar sus dulces, envío sus hijos al monte cercano a cortar un madero y fabricar dicha canoa; “examinando todo aquel Monte, sólo hallaron en una ensillada antes de llegar a la cumbre un árbol que les causó admiración por ser tiempo de verano y haberlo encontrado todo lleno de flores encarnadas tan olorosas que transcendía su fragancia ocupando todo aquel prado”. Les pareció el árbol adecuado y procedieron a tumbarlo y cayó en una pendiente donde era difícil de sacarlo y como fuese tarde, se volvieron a casa, dando razón a su padre de todo lo acaecido. Así pasó algún tiempo, hasta que en el año de 1710, la necesidad   impulsó  al padre y a los hijos a volver al monte  y no habiendo otro madero del porte ó más grueso que el primero, se resolvieron a trozarlo y cortar la canoa que necesitaban.

 

Estaba el hijo descortezando el palo por el lado superior  “y habiendo levantado aquella rústica corteza, vio Cristóbal formada de medio relieve en el corazón del maderouna Imagen de María Santísima mi Señora a modo de Concepción, de medio relieve, juntas y puestas las manos sobre el pecho, con la acción del rostro como inclinada al cielo, con su corona imperial, parada sobre su media luna; todo del color del mismo palo: la cual vista y reparada por el buen Cristóbal Melo metiendo las manos al hijo que a la sazón era el que cortaba con la hacha, le detuvo el golpe, y postrado Padre e hijos adoraron a aquella rica Joya, de la que se dice despedía de sí no sólo una grande luz; si no el aromático olor de todo el árbol, como cuando lo cortaron”.


En la corteza dividida estaba la misma efigie figurada en hondo y la otra tenía el relieve: Con gran silencio condujeron a su trapiche ambos maderos  y de allí a su casa de la ciudad, donde los reverenciaron.

La novedad y la noticia se extendieron en el pueblo generando mucho  entusiasmo de la gente que cree con sinceridad de corazón y con una fe pura y rendida en el amor de Dios. Pero la Santa Iglesia, como en todos estos casos, actuó con prudencia y desconfianza.

 

Llegado el relato de los sucesos a la colonial ciudad de Ocaña, la Sagrada Jerarquía designó al  P. Diego Jácome Morineli, por ese entonces Cura y Vicario de la ciudad, quien tras examinar con atención las circunstancias, y las cualidades, procedió a autorizar la  veneración en el año de 1711.

 

El primer obispo de Santa Marta, fray Antonio Monroy y Meneses (El obispo corazón de oro), en visita pastoral del año 1716, conoció la sagrada imagen, y procedió a la aprobación de este culto mariano, concediendo permiso para que se construyera una capilla en el sitio de la aparición en la montaña, hecho que se materializó en el año de 1882.

 

En 1788 se escribe un folleto titulado “Reseña histórica de la aparición de Nuestra Señora de la Concepción en el monte de Torcoroma en Ocaña”, donde se recoge la documentación del prodigio y la relación de milagros y favores concedidos. Pero no es sino hasta 1805 que se publica el estudio más serio con que cuentan los historiadores.

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Celebracion Nuestra Señora de Torcoroma 01

 

De tal manera que resumiendo: Fue en el año de 1710 el hallazgo de la sagrada imagen, como se registra en el documento de José Nicolás de la Rosa, sin precisarse el mes ni el día; Se escogió el 16 de agosto de 1711, como la fecha convencional de su aparición, por ser la fecha en la cual el  vicario local  P. Diego Jácome Morineli autorizó a los hijos de  Ocaña para  que pudieron apreciar y venerar la imagen de la Virgen María en la noble fibra vegetal ,imagen de la Virgen María, que después se llamó MADRE DE LAS GRACIAS DE TORCOROMA, nombre otorgado en 1906 por el Papa Pío X, al aprobar el culto de la virgen aparecida en los montes de Torcoroma y concedió indulgencia plenaria  e indulgencias parciales a quienes visitaren la Ermita de la montaña en determinados días como el 16 de agosto.

 

Posteriormente con fecha 18 de  noviembre de 1963, el Papa Paulo VI, declaró a Nuestra Señora de la Gracias de Torcoroma, Patrona Principal de la Diócesis.

 

El Papa Benedicto XVI en su amor por la virgen, concede la Corona Pontificia de la Imagen  el 30 de abril de 2010, y el 16 de Agosto del mismo año envía una bendición anticipada por los 300 años y el 9 de febrero de 2011 regala misa propia a Nuestra Señora de las Gracias de Torcoroma.

 

Curiosamente, la Virgen ha permanecido en su santuario de Ocaña y solo ha estado fuera en pocas ocasiones.

 

La primera ausencia sucedió cuando el 11 de marzo de 1981 fue hurtada la Imagen aparecida junto con el Santísimo Sacramento por el argentino Carlos Alberto Delvechio y dos sujetos que no eran de la región. Esto ocasionó gran conmoción y una gran movilización  para encontrarla. Se halló en Barranquilla desde donde emprendió triunfal regreso el 13 de marzo de 1981 junto con la Sagrada Eucaristía, el estandarte y los vasos sagrados.

 

La segunda ausencia fue más gratificante cuando por colaboración de Monseñor Humberto Lugo y la solicitud de un grupo de feligreses del municipio de Tibú (N.S.) liderados por Monseñor Leonardo Gómez Serna, se solicitó a Monseñor Ignacio Gómez Aristizabal, Obispo de Ocaña el permiso para que la Virgen estuviera presente en la inauguración de la iglesia que se acababa de erigir en su nombre. Afortunadamente y luego de los trámites, autorizaciones y las seguridades ofrecidas la Virgen viajó desde Ocaña a Tibú el 13 de Abril de 1985. Estuvo ausente  de Ocaña durante 27 horas. ”Esas pocas horas bastaron para que la madre del Cielo bendijese profusamente al pueblo tibuyano y se consolidase como lo testimonia hoy la belleza del templo parroquial, el amor y y la devoción a la Virgen de Torcoroma”.

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Celebración Nuestra Señora de Torcoroma