Hoy, recordamos que cuidar nuestra mente no se trata de evitar el dolor, sino de aprender a abrazarlo con humanidad; cuando dejamos de pelear con lo que sentimos, comenzamos a vivir con más libertad, presencia y sentido. Por eso, cuidar de la salud mental es un acto de amor propio. No se trata solo de sentirnos bien, sino de aprender a escucharnos, a hacer espacio para nuestras emociones y pedir ayuda cuando la necesitamos.
Imagen
