COMENTARIO INICIAL
Queridos hermanos… por el deseo de nuestro corazón nos reunimos todos los Domingos para compartir el banquete eucarístico con Jesús.
En la liturgia de hoy, los hijos del Zebedeo, los Apóstoles Santiago y Juan, piden a Jesús que les permita sentarse uno a su derecha y el otro a su izquierda en el Reino de los cielos.
Nosotros tenemos ahora la oportunidad de estar muy cerca de Jesús en esta Eucaristía. Por eso, de pie, cantamos jubilosos para comenzar esta celebración que tanto ansiamos Domingo a Domingo.
COMENTARIO A LA LITURGIA DE LA PALABRA
Las lecturas de este Domingo hablan de entrega y de servicio.
El profeta Isaías nos acerca a la figura del Siervo sufriente que los primeros cristianos aplicaron y refirieron a Jesús. Él es el que sirve, el que da la vida por todos.
Por eso, como dice la carta a los Hebreos, podemos acercarnos con seguridad hasta Él para alcanzar misericordia.
Seguir a Jesús en su camino hacia la cruz no es fácil, pero el Maestro sigue acompañándonos e instruyéndonos, también hoy, para que podamos hacer nuestras las actitudes del discípulo. Escuchemos con mucha atención.
ORACIÓN DE LOS FIELES:
- Te pedimos por nuestra Iglesia en todo el mundo: para que te sea cada día más fiel y anuncie con alegría el Evangelio. Oremos.
- Te pedimos por los gobernantes del mundo: para que no busquen ocupar los primeros puestos por el afán de poder, sino para servir a los pueblos. Oremos.
- Te pedimos, Señor, por los más necesitados: para que siempre haya servidores fieles a ti, que actuando en tu nombre, les lleven tu auxilio. Oremos.
- Te pedimos también por todos nosotros: para que sepamos vivir la sabiduría del Evangelio que hoy hemos escuchado. Oremos.
Sergio Pulido Gutiérrez, Mons.
Canónigo de la Catedral y Párroco de San Luis Beltrán