Los animadores bíblicos no nacieron de un repollo, o de un complejo plan pastoral elaborado "desde arriba". Simplemente son vocaciones de servicio que aparecen con el gran desarrollo de los grupos bíblicos en distintas partes de nuestro país y de toda América latina en los útlimos años. Al empezar a funcionar un grupo bíblico es común que algunas personas del mismo comiencen a animar las reuniones, a estimular el crecimiento del grupo, a preocuparse por conocer mejor la Biblia y a querer transmitir ese conocimiento vivo a los demás.
La vocación del animador bíblico es esencialmente misionera. Comentamos una manera de surgimiento de los mismos. Puede haber otras. Personas que luego de participar de Cursos o Talleres Bíblicos quieran trabajar en la formación de grupos bíblicos. También puede realizarse una Misión Bíblica a nivel parroquial o barrial y que la gente que participe descubra que quiere seguir prestando el servicio de llevar la Biblia a los demás y busque alguna instancia más permanente que una Misión. Finalmente se puede presentar casos de gente que quiere prestar ese servicio e intenta buscar algún tipo de curso o escuela que brinde esa formación, o puede haber una convocatoria en una parroqui a la gente interesada en el tema, para emprender una formación específica y actividades pastorales bíblicas.
En cualquiera de los casos podemos decir que a partir del descubrimiento del interés por prestar este servicio surge inexorablemente la necesidad de formación. La persona quiere conocer mejor la Biblia para poder ayudar a otros a leerla y juntos aprender las cosas de Dios.
Una mirada a Jesús
Tras esta larga introducción nos gustaría brindar algunas ideas en relación a la promoción y el acompañamiento de los Animadores Bíblicos.
Para hacerlo nos parece necesario realizar una mirada a la práctica de Jesús en relación a la formación de sus seguidores, para después aplicar algunas de las claves que aparezcan a la formación de los Animadores Bíblicos en particular.
En una apretadísima síntesis trataremos de responder a la pregunta ¿cómo formaba Jesús a sus seguidores?
Una lectura en conjunto de los evangelios nos permitirá apreciar ciertas características:
Jesús llama con decisión. Convoca con convicción. Se intuye cierto conocimiento de la persona y una elección meditada por parte de Jesús. (Jn. 2, 42.48)
Jesús convoca a formarse en el seguimiento, en la vida práctica, en la compañia vital. Compartiendo la cotidianeidad y en un segundo momento, la misión. Opta por un estilo que podríamos llamar "no académico", para diferenciarlo de la enseñanza impartida en las instancias oficiales.
Jesús forma a sus discípulos desde una práctica situada. Esto significa que Jesús responde con su práctica a los desafíos del sufrimiento de su puebloy desde sus gestos liberadores de curas y anuncios enseña a sus discípulos.
Jesús les enseña a orar y le transmite una vida de oración absolutamente unida a su práctica.(Mc. 1, 35)
Jesús tiene momentos en que les enseña exclusivamente s us discípulos más cercanos.(Mc. 4, 10 ss)
Jesús forma para la misión y el anuncio.(Mc. 3, 14)
Jesús comparte su fuerza y su poder con los discípulos que son enviados a la misión.(Mc. 6, 7-13)
Jesús les enseña a revisar lo actuado y aprender a descubrir a Dios allí donde otros no lo descubren (Lc. 10, 17 ss)
Jesús les enseña a estar al servicio de la gente.
Jesús les enseña a no discriminar a nadie. El se junta con los pecadores y también va a casa de los fariseos.
Jesús les enseñaba que es más importante el hombre que la ley.(Mc. 2, 27)
Jesús les enseña a ser libres de compromisos familiares o económicos para predicar el Reino.(Mc. 10, 17 ss)
Jesús utiliza un lenguaje accesible a la gente.(Mc. 4, 2)
Jesús respeta los tiempos de los discípulos.
Jesús les transforma la mirada. Les muestra el mundo desde el lugar del que sufre.Los forma en la compasión activa.(Mc. 6, 34 ss)
Jesús les enseña a ser sencillos y estar al servicio.(Mc. 9, 33-35)
Jesús les garantiza la asistencia y acompañamiento del Espíritu Santo.(Jn. 20, 21-22)
Jesús les enseña a releer las Escrituras y comprender lo que antes no entendían. (Lc.24, 27)
¿Qué podemos aplicar de todo esto a la formación de Animadores Bíblicos?
1) La convocatoria: es importante observar y detectar las vocaciones y aptitudes para este servicio. Animar a dar el paso, invitar personalmente cuando se encuentran condiciones. Estar atento.
2) Formar para la misión: la formación de un Animador Bíblico es eminentemente pastoral, no se trata de formar un teólogo, sino de alguien que pueda transmitir a otros la Palabra de Dios.
3) Formar animadores que tengan una visión global de la Biblia, con bases sólidas y capacidad para transmitir y animar a otros
4) La formación no es sólo bíblica, debe ser integral, hay que formar en una espiritualidad bíblica que descubra el potencial de la oración e invite y comprometa a la solidaridad efectiva.
5) Respetar los tiempos de los demás. Acompañar. Esperar.
6) La formación del Animador Bíblico es para estar al servicio de la gente, acompañar en sus procesos de aprendizaje, aclarar sus dudas (cuando se pueda), brindar un panorama general de la Biblia. No para el lucimiento del Animador porque es el que más sabe.
7) Formar para crecer en la confianza y dejar actuar a Dios.
8) Formar para prestar un especial atención a los que más dificultades y menos posibilidades tienen.
9) Formar para confiar en la acción del Espíritu Santo en uno mismo y en lo que uno emprende.
10) Formar para reforzar los vínculos comunitarios. No "cortarse solo".
11) Formar para que haya coherencia entre lo que se aprende y lo que se practica.
12) Formar utilizando un lenguaje que no margine.
13) Seguimiento:
- apuntar a la formación permanente. Nadie sabe tanto que pueda decir ya está, ya no tengo nada para aprender.
- formar grupos de animadores que compartan sus experiencias y aprendan unos de otros.
- estimular la oración. Aprender a rezar con la Biblia. Lectura orante de la Biblia.
Jesús nos enseña también que para formar a sus discípulos hay que dedicar mucho tiempo. Aprender implica un proceso, con marchas y contramarchas, que exige dedicación y entrega de parte del que está formando y responsabilidad y empeño de parte del que está formándose.
Tomado de: Buenas Nuevas.com
Autor: Marcelo Murúa
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