1. No cansarse de hablar de la fe a los hijos
A través de su cuenta de X (antes Twitter), el Santo Padre afirmó el 1 de junio de 2023: "Queridos padres, no os canséis de hablar de vuestra fe a los hijos: tened siempre la fuerza de ser mediadores de la fe que recibisteis de vuestros padres".
2. Estar presente en la casa y acompañar a los hijos
El Papa Francisco también aconsejó a los padres que se hagan presentes en su casa y en su familia y aseguró que es necesario “compartir los gozos y las penas con la mujer, acompañar a los chicos a medida que van creciendo”.
En este sentido, añadió que "la parábola evangélica del Hijo pródigo nos muestra al padre que espera en la puerta de casa el retorno del hijo que se equivocó. Sabe esperar, sabe perdonar, sabe corregir".
De modo análogo, añadió el Pontífice, "también hoy los hijos al volver a casa con sus fracasos necesitan a un padre que los espere, que los proteja, los anime, les enseñe cómo seguir por el buen camino. A veces tiene que castigarlo, pero nunca le da una bofetada en la cara".
3. Enseñar con dulzura y firmeza
El Papa Francisco, durante una Audiencia General de 2015, señaló que para ser un buen padre es necesario “tratar de enseñar lo que el hijo aún no sabe, corregir los errores que aún no ve, orientar su corazón, protegerlo en el desánimo y la dificultad. Todo ello con cercanía, con dulzura y con una firmeza que no humilla”.
4. Preguntarse qué padres quieren ser
En otra ocasión, durante una entrevista con Vatican News, el Santo Padre explicó que “los hijos de hoy que se convertirán en los padres de mañana deberían preguntarse qué padres han tenido y qué padres quieren ser”.
“No deben dejar que su papel paternal sea el resultado de la casualidad o simplemente la consecuencia de una experiencia pasada, sino que deben decidir conscientemente de qué modo amar a alguien, de qué modo responsabilizarse de alguien”.
5. Saber retirarse en el momento oportuno
El Papa Francisco también aseguró que un buen padre lo es cuando sabe retirarse en el momento oportuno para que su hijo pueda emerger con su belleza, con su singularidad, con sus elecciones, con su vocación”.
“En este sentido, en toda buena relación es necesario renunciar al deseo de imponer una imagen desde arriba, una expectativa, una visibilidad, una forma de llenar completa y constantemente la escena con excesivo protagonismo”.
6. Imitar a San José
El Santo Padre puso también el ejemplo de San José y su capacidad de “saber hacerse a un lado, su humildad, que es también la capacidad de pasar a un segundo plano, es quizá el aspecto más decisivo del amor que José muestra por Jesús”.
“En este sentido es un personaje importante, me atrevería a decir que esencial en la biografía de Jesús, precisamente porque en un momento determinado sabe retirarse de la escena para que Jesús pueda brillar en toda su vocación, en toda su misión. A imagen y semejanza de José, debemos preguntarnos si somos capaces de saber dar un paso atrás, de permitir que los demás, y sobre todo los que nos han sido confiados, encuentren en nosotros un punto de referencia, pero nunca un obstáculo”.
El Santo Padre resaltó también la importancia de pedir "al Señor que nunca falte en las familias la presencia de un buen padre, que sea mediador y custodio de la fe en la bondad, en la justicia y la protección de Dios, como lo fue San José”.
7. Orar con confianza
“Muchas veces no admitirán los fracasos, los hijos, pero necesitan del padre como todos necesitamos acudir al único Padre Bueno, como dice el Evangelio, el Padre nuestro que está en los cielos”, indicó el Papa, haciendo alusión al diálogo con Dios a través de la oración.
8. Apoyarse en la Iglesia
El Papa Francisco aseguró que “debemos tener el valor de decir que la Iglesia no debería ser solo materna sino también paterna. Es decir, está llamada a ejercer un ministerio paterno no paternalístico”.
“Y cuando digo que la Iglesia debe recuperar este aspecto paterno me refiero precisamente a la capacidad paterna de colocar a los hijos en condiciones de asumir las propias responsabilidades, de ejercer la propia libertad, de hacer elecciones’.
“Si por un lado la misericordia nos sana, nos cura, nos consuela, nos anima, por el otro lado el amor de Dios no se limita simplemente a perdonar, a sanar, sino que el amor de Dios nos empuja a tomar decisiones, a despegar”.
9. Ayudar en el fracaso
“Un verdadero padre no te dice que irá siempre todo bien, sino que incluso si te encontrarás en la situación en la que las cosas no irán bien podrás afrontar y vivir con dignidad también esos momentos, también esos fracasos”.
“Una persona madura se reconoce no en las victorias sino en el modo en el que sabe vivir un fracaso. Es precisamente en la experiencia de la caída y de la debilidad como se reconoce el carácter de una persona”, aseguró el Santo Padre.