Pasar al contenido principal

25-nov.-2022 viernes de la 34.ª semana del Tiempo Ordinario

Ayúdanos para que, confiando en la existencia de un cielo nuevo y una tierra nueva, permanezcan en nosotros los motivos de la espera confiada en tu amor.

Dios nos bendice y nos llena de su paz y de su gozo. Por eso estamos iniciando nuestra jornada con la certeza de su presencia en nuestros corazones.

Gracias, Señor, por esta semana laboral que va terminando para cada uno de nosotros, por las actividades que culminamos satisfactoriamente y que fueron bendecidas gracias a tu bondad. Ahora nos ponemos en tus manos y con corazón agradecido elevamos nuestro corazón a Ti. Tú nos has confiado tu proyecto de amor; no permitas que hagamos retrasar tus planes por nuestras propias limitaciones. Haznos conscientes de que lo único que podemos hacer es “ser levadura”, y ser un signo de que la planta que tú has sembrado crecerá. Consérvanos esperando con paciencia que la integridad, el amor y la justicia lleguen como don tuyo, para que busquemos siempre signos de esperanza cuando la vida se hace difícil. Tú nos has dado un hermoso sueño, una linda y bella tarea: la de tu reino de fraternidad, amor y alegría; pero tenemos momentos de división entre desaliento y esperanza porque pensamos que esta tarea está por encima de nuestras fuerzas. Ayúdanos para que, confiando en la existencia de un cielo nuevo y una tierra nueva, permanezcan en nosotros los motivos de la espera confiada en tu amor. A ti venimos, confiamos y esperamos. Te glorificamos y te damos gracias. Amén.

Felicidades en este viernes y en todo el fin de semana.

Oración de Paz y Calma

«Por eso, aunque pasamos por muchas dificultades, no nos desanimamos. Tenemos preocupaciones, pero no perdemos la calma. La gente y los problemas nos persiguen, pero Dios no nos abandona. Las contrariedades nos hacen caer, pero no nos destruyen» (2 Corintios 4,8-9).

Salmo de acción de gracias (Adaptación del salmo 39) 

En ti, Señor, he puesto mi confianza, mi esperanza;
tú te has inclinado con ternura sobre mí,
y has escuchado mi clamor y has acogido mi vida.

Te doy gracias de todo corazón; me alegro contigo.
Yo me siento dichoso y te canto un canto nuevo;
yo te alabo y exulto de alegría ante ti, Señor.

Tú presencia me llena de respeto y ante ti me anonado;
y decidido me voy en pos de ti, renunciando a la mentira. 

Te doy gracias de todo corazón; me alegro contigo.

¡Cuántas maravillas has realizado en mi vida, Señor mío;
Como tú no hay nadie capaz de tanto amor hacia el hombre!

Quiero dar testimonio de tu bondad y ternura para conmigo y cantar,
Señor Jesús, lo que tú has hecho con mi historia.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda pbro.