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24-oct.-2025, viernes de la 29.ª semana del T. O.

¿Soy capaz de entender los signos de los tiempos y ser fiel a la voz del Señor que se manifiesta en ellos?

Van pasando los días de la semana y realizamos nuestras labores según tu voluntad. Termina la semana y —llenos de satisfacciones— podemos agradecerte todo lo realizado. Al darte gracias sentimos en nuestro corazón la gran alegría de que has caminado con nosotros, nos has mostrado el sendero de la vida y hemos podido realizar lo que tu gran amor nos ha señalado. Gracias por los hermanos con los que pudimos compartir, darles nuestro corazón y palabras de aliento. 

Hoy tu palabra nos invita nuevamente a practicar el bien y a resistir el mal que a veces trata de invadirnos. Hoy, como nos dice san Pablo, aparece la eterna lucha entre el bien y el mal que se da en nuestro corazón y que se traduce en comportamientos no deseados en la mayoría de ocasiones. Reconocemos nuestra fragilidad frente al espíritu del mal que nos coacciona para no cumplir tus mandatos, a pesar de que los reconocemos como nuestro referente de vida. 

Es esta una realidad que a diario experimentamos a veces con resignación, a veces con tristeza, por ser débiles espiritualmente y no haberlo podido evitar. Tu infinita misericordia es una llamada a la necesaria reconciliación contigo y nuestros hermanos, mientras caminamos en esta vida. El Reino ha comenzado ya, y con él nuestra eternidad. Que tu Santo Espíritu nos ayude a discernir todo bien en nuestros hermanos para que no interpretemos los signos como simples apariencias cotidianas sino como signos de esperanza en el hoy de nuestras vidas. Que este viernes nos muestre el verdadero sentido de tu rostro bondadoso y misericordioso en cada uno de nuestros hermanos. Bendícenos abundantemente y protégenos en tu bondad y misericordia. Amén.

Feliz y anhelado viernes. 

Meditación del papa Francisco

«Si la ley no lleva a Jesucristo, si no nos acerca a Jesucristo, está muerta. Y por esto Jesús les reprende por estar cerrados, por no ser capaces de reconocer los signos de los tiempos, por no estar abiertos al Dios de las sorpresas» De aquí la recomendación final de reflexionar sobre este tema, de interrogarse sobre los dos aspectos, preguntándose: «¿Estoy apegado a mis cosas, a mis ideas, cerrado? O ¿estoy abierto al Dios de las sorpresas?». Y también: «¿Soy una persona inactiva, o una persona que camina?». Y, en definitiva, concluyó, «¿creo en Jesucristo y en lo que hizo», es decir «que murió, resucitó... creo que el camino siga adelante hacia la madurez, hacia la manifestación de la gloria del Señor? ¿Soy capaz de entender los signos de los tiempos y ser fiel a la voz del Señor que se manifiesta en ellos?». 

Podemos hacernos hoy estas preguntas y pedir al Señor «Un corazón que ame la ley, porque la ley es de Dios», pero «que ame también las sorpresas de Dios», porque su «ley santa no es un fin en sí misma»: es un camino, «es una pedagogía que nos lleva a Jesucristo», al encuentro definitivo, donde habrá este gran signo del Hijo del hombre. (Cf. Homilía de S.S. Francisco, 13 de octubre de 2014, en Santa Marta).

ORACIÓN 

Jesús, Tú me enseñas a discernir los tiempos, a no vivir distraído ante lo que el Espíritu me muestra en lo profundo del corazón. Quiero aprender a reconocer tu paso silencioso por mis días, a descubrir en cada acontecimiento una llamada tuya al perdón. Dame sabiduría para entender lo que me acontece, y humildad para actuar conforme a tu voluntad. Amén.

Reflexión del Evangelio escrita por Juan Lara, miembro de Vivir en Cristo.

Seguramente te ha tocado viajar en carretera y encontrarte en las orillas del camino a las ovejas pastando; sean muchas o pocas, siempre hay un pastor que las guía. El pastor las lleva a lugares donde puedan encontrar el alimento y que puedan estar seguras, y si alguna de ellas llegara a estar en peligro, seguramente hará lo posible por salvarla. 

Seguramente tú ya sabes reconocer la voz del Buen Pastor que te habla por medio de su Palabra, sabes que el alimento que te nutre es ése que recibes en la Eucaristía y que el mejor lugar para estar en su presencia y sentir su protección, es aquél en donde puedes tener una profunda cercanía con Él por medio de la oración.

Jesús, el Buen Pastor también vive en constante búsqueda de las ovejas que aún no han entrado al redil y se preocupa de ellas, porque Él quiere que seamos un solo rebaño, Él quiere que nosotros seamos instrumentos para que otros puedan escuchar su voz y se unan al rebaño en donde pueden encontrar su amor y protección.

Vivamos siempre atentos al llamado de nuestro Buen Pastor.  

Pregunta:

¿Qué signos de la presencia de Dios puedo reconocer en mi vida diaria?

«Busquen al Señor mientras se deja encontrar, llámenlo mientras está cerca». (Isaías 55,6)

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.