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19-mar.-2023, domingo de la 4.ª semana Cuaresma (Laetare)

Cuaresma2023-26

 

Al saludar este día que nos regalas, Señor, podemos contemplar y ver las maravillas que haces en cada uno de nosotros. Gracias, Señor, porque sólo podemos salir de la oscuridad cuando reconocemos nuestras propias cegueras y comenzamos a ver como el padre celestial, con los ojos del corazón. Tú, Señor, vienes a iluminar nuestra ceguera espiritual y nos invitas a lavarnos el barro del pecado en las aguas de la fe y la esperanza. Permite, Señor, que sigamos viendo con los ojos del corazón y, ante todo, que seamos luz para nuestros hermanos. Tu luz nos hace ver la luz de la bondad de la justicia y de la verdad gracias, Señor, por sacarnos de las tinieblas y llevarnos a la luz que nunca se apaga; déjanos ver con los ojos del corazón los rostros de nuestros hermanos, pero ante todo déjanos ver tu Rostro, Señor.

Los abrazo y los bendigo. Feliz Domingo con luz radiante de fe, esperanza, muchísima caridad y compartido en familia.

PALABRAS DEL SANTO PADRE

En el centro del Evangelio de este cuarto domingo de Cuaresma se encuentran Jesús y un hombre ciego desde el nacimiento (cf Juan 9, 1-41). Cristo le devuelve la vista y obra este milagro con una especie de rito simbólico: primero mezcla la tierra con la saliva y la unta en los ojos del ciego; luego le ordena ir a lavarse en la piscina de Siloé. Ese hombre va, se lava, y se aclara la vista. Era ciego desde el nacimiento. Con este milagro Jesús se manifiesta y se manifiesta a nosotros como luz del mundo; y el ciego de nacimiento nos representa a cada uno de nosotros, que hemos sido creados para conocer a Dios, pero a causa del pecado somos como ciegos, necesitamos una luz nueva; todos necesitamos una luz nueva: la de la fe, que Jesús nos ha donado. Efectivamente ese ciego del Evangelio aclarando la vista se abre al misterio de Cristo.

Autor:
José Hernando Gómez Ojeda, pbro.