Gratitud y confianza en ti, comienzan a iluminar nuestro despertar e iluminan nuestras vidas para vivir sabiamente nuestras rutinas de este día, para que hoy tengamos optimismo y fortaleza ante los obstáculos que se puedan presentar.
Señor, si dejamos que seas tú el que reines en nosotros y no nuestro propio capricho y voluntad reconoceremos que hay una comunión de amor entre tú y nosotros. Ven, quédate en nuestra vida diaria y toma posesión para que sepamos perdonar, santificar e iluminar, para que nos esforcemos en ordenar todas las cosas para el bien de todos y en renovarnos por tu fuerza y tu gracia. Que no sean nuestros pensamientos de afanes y de temores, porque nos aseguras que el Reino está en medio de nosotros, en nuestras obras y acciones, en nuestros sentimientos y pensamientos. No permitas que nuestros quehaceres de cada día nos desvíen de tu camino y danos la sabiduría para que nuestras palabras sean inspiradas en tu amor y bondad y nuestras acciones según tu voluntad, para que tú reines en nuestros corazones. Te alabamos y te glorificamos, te damos gracias. Tus caminos sean nuestros caminos.
Hoy dejemos actuar a Dios en nuestras vidas. Feliz jueves vocacional, inspirado en solidaridad y fraternidad, en lo sencillo y lo humilde de nuestras vidas.
Pensamientos para el Evangelio de hoy
* «Cuando ya el día declinaba hacia su atardecer, el Señor entregó, en la cruz, el alma que después había de recobrar, porque no la perdió en contra de su voluntad. ¡También nosotros estábamos representados allí!» (san Agustín).
* «También el sufrimiento, la cruz cotidiana de la vida —la cruz del trabajo, de la familia, de llevar adelante bien las cosas— esta pequeña cruz cotidiana es parte del Reino de Dios» (Francisco).
