Último día laboral de esta semana, casi la mitad de nuestro mes de diciembre y a pocos días de iniciar nuestra hermosa travesía en nuestras novenas. Hoy, al despertar nuestro corazón, se llena de felicidad por este nuevo día, un amanecer radiante y, ante todo, lleno de felicidad y de alegría, porque así lo vamos a hacer, desde nuestro corazón que en este día con las personas con las que podamos compartir, sientan el ánimo y el optimismo que brota de nuestros sentimientos. Gracias, Señor, porque como nos dice hoy, Isaías: «Yo soy el Señor, tu Dios, el que te instruye en lo que es provechoso, el que te guía por el camino que debes seguir». Ojalá nuestro camino sea el del hombre sensato que te busca a ti ansiosamente, porque tú, Señor, siempre proteges nuestro caminar. Ayúdanos, Señor, a tener la fortaleza necesaria y la sabiduría que viene de ti, porque solo así comprenderemos tu palabra en la que buscamos hacer tu santa voluntad. Que el Espíritu Santo nos enseñe sin desfallecer a obedecer tus mandatos y encontrar caminos que construyan sólidamente tu reino de justicia, de santidad, de paz y de servicio.
El camino de amor recorrido por santa Lucía, a quien recordamos en este día, habiendo nacido hacia el año 283 en Siracusa Italia, que decidió entregarse totalmente consagrada a Dios. Habiendo hecho un voto de virginidad y al ver que su madre fue curada, milagrosamente rechazó el matrimonio. El joven rechazado la denunció por su fe cristiana; obligada a la prostitución, ninguna fuerza pudo moverla; condenada al fuego, no pudieron quemarla. Incontaminada en su cuerpo y espíritu, le sacaron los ojos para luego ser decapitada el 13 de diciembre del año 304. Santa Lucía, patrona de los ciegos nos ayude a ver a causa de nuestra ceguera espiritual. Amén.
Un muy feliz y satisfecho viernes, sabiendo que ha sido una semana laboral en la que nuestras obras y acciones han sido satisfactorias. Abrazos y bendiciones abundantes.
PALABRAS DEL SANTO PADRE
“Al ver a estos niños que tienen miedo de bailar, de llorar, de todo, que piden seguridad en todo, pienso en estos cristianos tristes que siempre critican a los predicadores de la Verdad, porque tienen miedo de abrir la puerta al Santo. Espíritu. Oremos por ellos, y oremos también por nosotros, para que no nos convirtamos en cristianos tristes, cortando la libertad del Espíritu Santo para venir a nosotros mediante el escándalo de la predicación". (…) Es impactante que Dios nos hable a través de hombres con limitaciones, hombres pecadores: ¡es impactante! Y es aún más impactante que Dios nos habla y nos salva a través de un hombre que dice ser Hijo de Dios, pero termina siendo un criminal. Eso es impactante". (Santa Marta 13 de diciembre de 2013)