Pasar al contenido principal
Noticias

San Juan Pablo II y su regalo: Los Misterios Luminosos

En el mes de octubre denominado el mes del Santo Rosario, hace 14 años, San Juan Pablo II, entregó como regalo a la Iglesia Católica los Misterios Luminosos, añadidos a…

Cuando el Santo Pontifice confía a la Iglesia los Misterios Luminosos, éstos se rezan cada jueves. El Santo Rosario, una oración apreciada por numerosos Santos y fomentada por el Magisterio.

En su sencillez y profundidad el Santo Rosario, sigue siendo también en este tercer Milenio “una oración de gran significado, destinada a producir frutos de santidad", así inicia San Juan Pablo II la Carta Apostólica ‘Rosarium Virginis Mariae', que el Sumo Pontífice presentó el 16 de octubre del año 2002, en la que habla sobre la belleza y gran significado del Santo Rosario.

Oración centrada en la cristología

En esta oración, San Juan Pablo II destacó que el Rosario, a pesar de dirigirse a la Madre Dios, es una oración centrada en la cristología, por medio de la cual el pueblo cristiano aprende de María "a contemplar la belleza del rostro de Cristo y a experimentar la profundidad de su amor", como lo recuerda en la Carta Apostólica.

Y es que San Juan Pablo II desde el mismo inicio de su Pontificado demostró siempre su gran amor a María, así como su devoción al Santo Rosario. No en vano el lema de su Pontificado fue "Totus Tuus", frase latina que significa "Todo Tuyo" para expresar su consagración personal y especial a la Madre de Dios.

Totus Tuus: Todo tuyo María

Así se refirió Juan Pablo II a los Misterios de la Luz en la Carta Apostólica ‘Rosarium Virginis Mariae': "Pasando de la infancia y de la vida de Nazaret a la vida pública de Jesús, la contemplación nos lleva a los misterios que se pueden llamar de manera especial ‘Misterios de Luz'. En realidad, todo el misterio de Cristo es luz. Él es ‘la luz del mundo' (Jn 8, 12).

Pero esta dimensión se manifiesta sobre todo en los años de la vida pública, cuando anuncia el evangelio del Reino. Deseando indicar a la comunidad cristiana cinco momentos significativos.

Recordemos el significado: El primero, el Bautismo de Jesús en el Jordán. El Segundo, el milagro de Jesús en las Bodas de Caná. El tercero, el anuncio del Reino de Dios invitando a la conversión. El cuarto, la Transfiguración del Señor en el monte Tabor. Y el quinto, la institución de la Eucaristía, expresión sacramental del misterio pascual.

En dicho documento pastoral, el Papa Juan Pablo II, instruye sobre cada misterio luminoso, los cuales revelan el Reino ya presente en la persona misma de Jesús...

Misterios de Luz y su significado

Misterio de luz es ante todo el Bautismo en el Jordán. En él, mientras Cristo, como inocente que se hace 'pecado' por nosotros (cf. 2 Co 5, 21), entra en el agua del río, el cielo se abre y la voz del Padre lo proclama Hijo predilecto (cf. Mt 3, 17 par.), y el Espíritu desciende sobre Él para investirlo de la misión que le espera.

Misterio de luz es el comienzo de los signos en Caná (cf. Jn 2, 1-12), cuando Cristo, transformando el agua en vino, abre el corazón de los discípulos a la fe gracias a la intervención de María, la primera creyente.

Misterio de luz es la predicación con la cual Jesús anuncia la llegada del Reino de Dios e invita a la conversión (cf. Mc 1, 15), perdonando los pecados de quien se acerca a Él con humilde fe (cf. Mc 2, 3-13; Lc 7,47-48), iniciando así el ministerio de misericordia que Él continuará ejerciendo hasta el fin del mundo, especialmente a través del sacramento de la Reconciliación confiado a la Iglesia.

Misterio de luz por excelencia es la Transfiguración, que según la tradición tuvo lugar en el Monte Tabor.La gloria de la Divinidad resplandece en el rostro de Cristo, mientras el Padre lo acredita ante los apóstoles extasiados para que lo ‘escuchen' (cf. Lc 9, 35 par.) y se dispongan a vivir con Él el momento doloroso de la Pasión, a fin de llegar con Él a la alegría de la Resurrección y a una vida transfigurada por el Espíritu Santo.

Misterio de luz es, por fin, la institución de la Eucaristía, en la cual Cristo se hace alimento con su Cuerpo y su Sangre bajo las especies del pan y del vino, dando testimonio de su amor por la humanidad ‘hasta el extremo' (Jn13, 1) y por cuya salvación se ofrecerá en sacrificio".