QUE ES EL PENTECOSTES?

QUE ES EL PENTECOSTES?
El Pentecostés es una festividad cristiana que data desde el siglo primero y que está directamente relacionada con la Pascua.
Pero… de donde proviene?
En la antigüedad se denominaba “fiesta de las semanas” y tenía lugar siete semanas después de la fiesta de los primeros frutos (Lv 23 15-21; Dt 169); se refería a una festividad importante en el Antiguo Testamento que estaba ordenada por Dios para el pueblo de Israel. Se celebraba al término de la cosecha de la cebada y antes de comenzar la del trigo; era una fiesta movible pues dependía de cuándo llegaba cada año la cosecha, pero tendría lugar casi siempre durante el mes judío de Siván, equivalente a nuestro mes de Mayo o Junio. En su origen tenía un sentido fundamental de acción de gracias por la cosecha recogida, pero pronto se le añadió un sentido histórico: se celebraba en esta fiesta el hecho de la alianza y el don de la ley. Se celebraba cincuenta días después de la Pascua, y marcaba la culminación de la cosecha en Israel. Además, la fiesta de las semanas también conmemoraba el momento en que Dios entregó la Ley a Moisés en el monte Sinaí.
Siete semanas son cincuenta días, de ahí el nombre de Pentecostés = cincuenta días después de.
La fiesta de las semanas tenía un significado espiritual profundo para los israelitas. En primer lugar, simbolizaba la gratitud y la adoración a Dios por la provisión de la cosecha. Era un momento para reconocer la generosidad de Dios y ofrecerle sacrificios y ofrendas en reconocimiento de su bondad.
Además, la fiesta de las semanas tenía una implicación espiritual más amplia. Representaba el vínculo entre Dios y su pueblo elegido. Era un recordatorio de que Dios era el proveedor de todo sustento físico y espiritual. En esta festividad, los israelitas expresaban su gratitud y dependencia de Dios en todas las áreas de sus vidas.
Y… que representa para los creyentes?
En el Nuevo Testamento, Pentecostés adquiere un nuevo significado. Se celebra 50 días después de la Pascua, convirtiéndose en el segundo domingo más importante del año, siendo fiesta de plenitud con la cual concluye la cincuentena de Pascua. “Hay que insistir que, la fiesta de Pentecostés, es el segundo domingo más importante del año litúrgico en donde los cristianos tenemos la oportunidad de vivir intensamente la relación existente entre la Resurrección de Cristo, su Ascensión y la venida del Espíritu Santo” (Catholic.net).
En el libro de los Hechos coloca la efusión del Espíritu Santo sobre los apóstoles (Hch 2 1.4). A partir de este acontecimiento, “Pentecostés se convierte también una fiesta en la que se conmemora el don del Espíritu Santo, que colma la confusión de Babel (cfr. Gn 11): en Jesús, muerto, resucitado y que ascendido al cielo, los pueblos vuelven a entenderse en una única lengua, la del amor”… ”Por eso, para los cristianos se convierte en el momento en que Cristo, vuelto a la gloria del Padre, se hace presente en el corazón humano a través del Espíritu, una ley dada por Dios y escrita en los corazones: "La Alianza nueva y definitiva ya no se funda en una ley escrita en tablas de piedra, sino en la acción del Espíritu de Dios que hace nuevas todas las cosas y se graba en los corazones de carne" (Papa Francisco, Audiencia General del 19 de junio de 2019). A partir de Pentecostés, la Iglesia comienza y se lanza en su misión evangelizadora” (Vatican News).
Qué nos sugiere la liturgia para esta fiesta?
Tradicionalmente se considera la Vigilia de Pentecostés que como su nombre lo indica es “pasar en vela”; un acto litúrgico en el cual la comunidad reflexiona y ora a la luz de la Palabra y comparten experiencias y testimonios, en un ambiente de acogida, alegría y fiesta.
En esta celebración están presentes los Dones y los Frutos del Espíritu Santo que representan la fuerza del Espíritu Santo que nos permite salir a dar testimonio, “Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas”.
Los siete dones del Espíritu Santo
Don de Ciencia, es el don del Espíritu Santo que nos permite acceder al conocimiento. Es la luz invocada por el cristiano para sostener la fe del bautismo.
Don de Consejo, saber decidir con acierto, aconsejar a los otros fácilmente y en el momento necesario conforme a la voluntad de Dios.
Don de Fortaleza, es el don que el Espíritu Santo concede al fiel, ayuda en la perseverancia, es una fuerza sobrenatural.
Don de Inteligencia (entendimiento), es el del Espíritu Santo que nos lleva al camino de la contemplación, camino para acercarse a Dios.
Don de Piedad, el corazón del cristiano no debe ser ni frío ni indiferente. El calor en la fe y el cumplimiento del bien es el don de la piedad, que el Espíritu Santo derrama en las almas.
Don de Sabiduría, es concedido por el Espíritu Santo que nos permite apreciar lo que vemos, lo que presentimos de la obra divina.
Don de Temor, es el don que nos salva del orgullo, sabiendo que lo debemos todo a la misericordia divina.
Los frutos del Espíritu Santo
Son perfecciones que forma en nosotros el Espíritu Santo como primicias de la gloria eterna. La tradición de la Iglesia enumera doce:
Caridad.
Gozo.
Paz.
Paciencia.
Longanimidad.
Bondad.
Benignidad.
Mansedumbre.
Fe.
Modestia.
Continencia.
Castidad.
Oración
Ven Santo Espíritu
Ven, Espíritu divino,
manda tu luz desde el cielo.
Padre amoroso del pobre;
don, en tus dones espléndido;
luz que penetra las almas;
fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma,
descanso de nuestro esfuerzo,
tregua en el duro trabajo,
brisa en las horas de fuego,
gozo que enjuga las lágrimas
y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma,
divina luz, y enriquécenos.
Mira el vacío del hombre,
si tú le faltas por dentro;
mira el poder del pecado,
cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía,
sana el corazón enfermo,
lava las manchas,
infunde calor de vida en el hielo,
doma el espíritu indómito,
guía al que tuerce el sendero.
Reparte tus siete dones,
según la fe de tus siervos;
por tu bondad y tu gracia,
dale al esfuerzo su mérito;
salva al que busca salvarse
y danos tu gozo eterno. Amén.