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La providencia de Dios me hizo encontrar con Juan Miguel en muchos recovecos de la vida

Cuando joven novato y principiante llegué a la naciente parroquia de San Juan de Ávila, ya había allí una buena encuesta realizada por Juan Miguel y un grupo de…

Cuando pregunté  por el día del Santo Patrono era  el 10 de mayo cumpleaños de Juan Miguel. 

Cuando yo era profesor de Liturgia en la universidad Javeriana, el único  estudiante de sotana y del seminario de Bogotá era Juan Miguel. El día  de su Pascua a la vida eterna el 10 de Julio yo estaba celebrando el 4to aniversario de la muerte de Jaime, mi hermano sacerdote. Juan Miguel  había sido mi párroco en la Veracruz, cuando yo era capellán de la universidad  del Rosario.

Cuento esto porque las coincidencias providenciales nos hicieron conversar mucho y con entusiasmo de la Arquidiócesis  de Bogotá, de su Catedral, de la casa de los canónigos, de la casa cardenalicia y hasta de la Casa Presidencial donde él  fue capellán.  Pero su pasión fue siempre el arzobispado; el capítulo  metropolitano, a su muerte él era el Dean. Como  párroco de la Catedral se empeñó  en una obra colosal: la restauración  de todo; desde el envejecido tejado, los altares, la pintura y las hermosas lámparas. Escribió  un libro sobre la catedral  y sin cesar investigaba en los archivos seculares como el "Libro Becerro" y con inmenso amor y meticulosidad creó  el Museo Subterráneo de la Catedral.

Tres papas han visitado a Bogotá: San Paulo VI, San Juan Pablo II y Francisco. Cada vez que estos Santos varones llegaban a nuestra ciudad, Juan Miguel Huertas tenía mucho trabajo extra como hacer el "Repostero" que el tejía con sus propias manos (Es un paño lleno de símbolos heráldicos de cada papa que se cuelga en el balcón desde el cual el pontífice bendice a la ciudad y al país).

Juan Miguel a pesar de su elevada estatura era sencillo y sincero, buen educador de niños y jóvenes.

Oramos por él y sentimos mucho su partida.