Pasar al contenido principal
Noticias

Jornada mundial de oración por los sacerdotes, en la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús

 La Iglesia universal celebra hoy la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, a pedido explícito del mismo Cristo a Santa Margarita María de Alacoque. San Juan Pablo II…

“Te pido que el primer viernes después de la octava del Corpus se celebre una fiesta especial para honrar a mi Corazón, y que se comulgue dicho día para pedirle perdón y reparar los ultrajes por él recibidos durante el tiempo que ha permanecido expuesto en los altares”, expresó el Señor a Santa Margarita en junio de 1675.

"También te prometo que mi Corazón se dilatará para esparcir en abundancia las influencias de su divino amor sobre quienes le hagan ese honor y procuren que se le tribute”, añadió.

Más adelante Santa Margarita con el jesuita San Claudio de la Colombiere, su director espiritual, propagarían los mensajes del Sagrado Corazón de Jesús.

Sacerdotes formados según el Sagrado Corazón de Cristo

Por esta razón en la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús, la Iglesia también celebra la Jornada Mundial de Oración por la Santificación de los Sacerdotes, convocada por el Santo Padre a través de la Congregación para el Clero.

“Pidamos también sacerdotes santos, formados ‘según el Sagrado Corazón de Cristo’”, decía San Juan Pablo II , quien estableció que esta jornada de oración se realice en el día del Corazón de Jesús.

A los más de seis mil sacerdotes que participaron del jubileo y que se encontraban reunidos en la explanada, como a los miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro, el papa Francisco les indicó el perfil del verdadero pastor de almas:

"Es una  persona que incluye y se alegra, que se da a su grey “con todo su ser”, no al 50 por ciento o al 60 por ciento, porque es un pastor y no un ‘inspector’, ni un ‘contador del espíritu’. Es un ministro de la comunión que celebra y vive, que no se espera ni saludos ni felicitaciones, pero que ofrece primero la mano, rechazando las habladurías, juicios y venenos”.

Pero también un padre que ‘con paciencia’ escucha los problemas de la gente, perdona ‘no reprende a quien abandona o pierde el rumbo’, y que por el contrario está ‘inquieto hasta que no encuentra a la oveja perdida, a la cual busca fuera de los horarios de trabajo ‘y sin asustarse por los riesgos’.

La orientación dada por el Santo Padre parte de la pregunta: “¿Hacia dónde está orientado mi corazón?”, inquietud que asegura, es “un interrogativo fundamental de nuestra vida sacerdotal” que los sacerdotes “tenemos que plantearnos varias veces cada día, cada semana”.

Porque en medio de las tantas actividades y frentes, como la catequesis, liturgia, caridad, empeños pastorales y administrativos, se corre el riesgo de perder el norte y no entender qué tesoro debe buscar el corazón. Entretanto, reconoce el Pontífice, este corazón va entrenado, para que “pueda arder de la caridad de Jesús el Buen Pastor”, con tres acciones: buscar, incluir, alegrarse.

Buscar a la oveja pedida, “fuera de los lugares del rebaño y de los horarios de trabajo, sin hacerse pagar los extras”. Y una vez que la encuentra se la carga en las espaldas y regresa contento. El corazón del sacerdote “no privatiza ni tiempos ni espacios” y advierte: “¡Hay de los pastores que privatizan!”. Por ello pide tenerlas puertas abiertas, pero aún más, salir afuera para buscar a quien no quiere entrar.

Por ello es un pastor que incluye. Como Cristo, ninguna de sus ovejas le es desconocida. Su rebaño es su familia y su vida. “No es un jefe temido por las ovejas, pero el pastor que camina con ellas y las llama por nombre. Con mirada amorosa y corazón de padre recibe, incluye y cuando tiene que corregir lo hace para acercar, no desprecia a nadie, pero está dispuesto a ensuciarse las manos por todos”.

Por lo tanto, asegura el Santo Padre Francisco, es buen sacerdote es un pastor que tiene la alegría que “nace del perdón, de la vida que retorna, del hijo que respira nuevamente el aire de casa”. Motivos que le llevan normalmente a no tener tristeza, solo pasajera, y la dureza le es ajena porque es pastor de acuerdo a Corazón de Dios”.

El papa Francisco concluyó dando un gracias, “por vuestro sí a donar la vida unidos a Jesús” y “por tantos ‘sí’ escondidos de todos los días que solamente el Señor conoce”.