¡Muchas gracias, estimados catequistas!

La Iglesia valora profundamente la misión evangelizadora que ustedes realizan. En manos del Espíritu Santo, con creatividad y compromiso, y siguiendo la pedagogía de Jesús, abren caminos para despertar, acompañar y educar la fe de niños, adolescentes, jóvenes y adultos.

En este Día del Catequista, agradecemos su entrega generosa y dedicación al servicio de la transmisión de la fe, permitiendo que muchas personas experimenten la presencia de Dios en sus vidas.

Queridos catequistas: que en la oración, la formación permanente y la comunión sinodal encuentren la gracia de ser verdaderos mistagogos y testigos de aquello que anuncian.
¡Feliz Día del Catequista!