Pasar al contenido principal

Tercer domingo de adviento, en la espera del Señor.

https://arquimedia.s3.amazonaws.com/63/ensenanza-domingo/tres-velasjpg.JPG

Enseñanza para el III domingo de adviento. 

  • Juan 1:6-8, 19-28
    6 Hubo un hombre, enviado por Dios: se llamaba Juan.
    7 Este vino para un testimonio, para dar testimonio de la luz, para que todos creyeran por él.
    8 No era él la luz, sino quien debía dar testimonio de la luz.
    19 Y este fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron donde él desde Jerusalén sacerdotes y levitas a preguntarle: «¿Quién eres tú?»
    20 El confesó, y no negó; confesó: «Yo no soy el Cristo.»
    21 Y le preguntaron: «¿Qué, pues? ¿Eres tú Elías?» El dijo: «No lo soy.» - «¿Eres tú el profeta?» Respondió: «No.»
    22 Entonces le dijeron: «¿Quién eres, pues, para que demos respuesta a los que nos han enviado? ¿Qué dices de ti mismo?»
    23 Dijo él: «Yo soy voz del que clama en el desierto: Rectificad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.»
    24 Los enviados eran fariseos.
    25 Y le preguntaron: «¿Por qué, pues, bautizas, si no eres tú el Cristo ni Elías ni el profeta?»
    26 Juan les respondió: «Yo bautizo con agua, pero en medio de vosotros está uno a quien no conocéis,
    27 que viene detrás de mí, a quien yo no soy digno de desatarle la correa de su sandalia.»
    28 Esto ocurrió en Betania, al otro lado del Jordán, donde estaba Juan bautizando. 

REFLEXIÓN:

Juan el Bautista sólo se ve a sí mismo como «la voz que grita en el desierto: allanad el camino al Señor». Sin embargo se nos dice que Dios lo envía como «testigo de la luz» capaz de despertar la fe de todo. Una persona que puede contagiar luz y vida. ¿Qué es ser testigo de la luz?

El testigo es como Juan. No se da importancia. No busca ser original ni llamar la atención. No trata de impactar a nadie. Sencillamente vive su vida de manera convencida. Se le ve que Dios ilumina su vida. Lo irradia en su manera de vivir y de creer.

El testigo de la luz no habla mucho, pero es una voz. Vive algo inconfundible. Comunica lo que a él le hace vivir. No dice cosas sobre Dios, pero contagia «algo». No enseña doctrina religiosa, pero invita a creer.

La vida del testigo atrae y despierta interés. No culpabiliza a nadie. No condena. Contagia confianza en Dios, libera de miedos. Abre siempre caminos. Es como el Bautista, «allana el camino al Señor».

El testigo se siente débil y limitado. Muchas veces comprueba que su fe no encuentra apoyo ni eco social. Incluso se ve rodeado de indiferencia o rechazo. El testigo de Dios no juzga a nadie. No ve a los demás como adversarios que hay que combatir o convencer. Dios sabe cómo encontrarse con cada uno de sus hijos e hijas.

Se dice que el mundo actual se va convirtiendo en un «desierto», pero el testigo nos revela que algo sabe de Dios y del amor, algo sabe de la «fuente» y de cómo se calma la sed de felicidad que hay en el ser humano.

La vida está llena de pequeños testigos. Son creyentes sencillos, humildes, conocidos sólo  en su entorno. Personas entrañablemente buenas. Viven desde la verdad y el amor. Ellos nos «allanan el camino» hacia Dios.

GESTO: Bolas de Cristal

El ambiente que se respira en estas fechas transpira emoción y alegría contenida. Seguramente tenemos adornada la casa y ya hemos puesto el belén, estamos pensando en los regalos para quienes queremos y todo eso nos transmite una sensación de alegría que puede ser más artificial que verdadera.

Utilizaremos las bolas de cristal típicas de los adornos de navidad. La alegría aparente que se desprende de las campañas comerciales de estas fechas puede que sea como estas bolas. Muy bonitas y relucientes por fuera, pero tremendamente frágiles. Ello nos ayudará a reflexionar sobre la autenticidad de nuestra alegría. ¿Qué nos alegra y qué nos entristece?

¿Qué aspectos que fomento entorno a la navidad son auténticos y cuáles no?

 

ORACIÓN:

Cuando dices: “No soy capaz de resolver mis problemas”

Dios te dice: “Yo sigo tus pasos” .Prov.3, 5-6

Cuando dices: “Es imposible”

Dios te dice: "Lo que es imposible a los hombres, es posible para Dios" Lc.18, 27

Cuando dices: “Me siento muy solo”

Dios te dice: "No te dejaré y no te abandonare". Heb.13, 5

Cuando dices: “¿Cómo podré hacer esto que me pides? ¿Quién me ayudará?”

Dios te dice: "Te cubrirá con sus plumas, bajo sus alas encontrarás refugio" Sal.90.4

Cuando dices: “No merezco perdón”

Dios te dice: "Yo te perdono» 1 Jn. 1, 9 Rom.8, 1. «Aunque vuestros pecados fuesen como escarlata, se volverán blancos como la nieve» Is.1,18.

Cuando dices: “Tengo miedo”

Dios te dice: "No temas, porque yo estoy contigo" Is.41, 10

Cuando dices: “Estoy muy cansado”

Dios te dice: "Yo te confortaré" Mt.11, 28-30

Cuando dices: “No sé cómo avanzar...”

Dios te dice: “Yo te indicaré el camino” (Sal.32, 8)

Cuando te preguntas: “¿Cuál es el camino que me conduce a ti?

Dios te responde: “Mi Hijo amado, Jesucristo” (1 Tim.2, 5; Hch.4, 12; Jn. 3, 16) 

 

Síguenos en nuestro perfil de FACEBOOK PARROQUIA NUESTRA SEÑORA DE TORCOROMA BOGOTÁ

 

Instagram