MUY QUERIDOS HERMANOS
Ha llegado el momento de vivir la Semana Santa y el Triduo Pascual, punto culmen de nuestro «camino a la esperanza» en el cual, vamos a encontrar el sol radiante y el arco iris que nos anuncian la vida nueva que nos trae la resurrección de Jesús. Durante estos 40 días hemos estado recorriendo el camino que el Señor nos ha propuesto y lo hemos hecho como comunidad, reconciliándonos con el Padre celestial, con Jesús y con nuestros hermanos.
En nuestro itinerario cuaresmal hemos procurado renunciar a las actitudes negativas, cambiando el corazón de piedra y viviendo este tiempo como un camino nuevo, una nueva vida y una esperanza cierta de que el mundo del futuro será mejor.
Los invito, queridos Hermanos, a celebrar juntos el Triduo Pascual con la plena seguridad y la confianza puesta en Dios Padre, Dios Hijo y Dios Espíritu Santo. Sabemos que todavía no podremos congregarnos masivamente en nuestro templo parroquial como lo hacíamos anteriormente, para celebrar nuestra fe en el encuentro con Dios y con los hermanos, para fortalecer nuestros lazos comunitarios y expresar nuestra solidaridad cristiana. A pesar de las limitaciones que nos sigue trayendo la pandemia, haremos un esfuerzo por vivir en plenitud nuestra Semana Santa, bien sea virtual o presencialmente, unidos en un mismo espíritu porque el Señor habita en nuestros corazones, en nuestras vidas y en nuestros hogares.
Deseo que esta Semana Santa nos traiga un nuevo amanecer y un nuevo rumbo en el que podamos volver a encontrarnos como familia, hijos de Dios y miembros de la Iglesia. Los bendigo y los guardo en el amor del Señor. ¡Feliz Semana Santa para todos!
